ARTÍCULO 4: ¿Qué es una urgencia sentida? Me siento mal
Como mencionábamos anteriormente, existen diferentes ópticas de acuerdo a la posición donde se encuentran los seres humanos en el proceso de salud enfermedad.
El ejemplo más claro, es referente a la percepción que se tiene sobre la necesidad de atención en una urgencia que pone en riesgo la salud.
Hoy hablaremos sobre el cristal desde el que observa el paciente, sin duda el actor principal, quien padece la pérdida del bienestar, y es él, quien se “siente mal”.
Esta sensación para el paciente involucra varias cosas, en principio el percibirse diferente respecto a la normalidad habitual, que pueden abarcar desde cosas muy sencillas, hasta situaciones muy graves que pueden poner en peligro su vida.
Es exactamente en el sentirse mal, donde existen diversos grados de malestar, situaciones todas, que provocan el buscar atención, recordemos nuevamente que el paciente en su gran mayoría no es personal de salud y no está obligado a conocer sobre medicina, aunque sería maravilloso que el paciente común tuviera cultura y educación sanitaria sobre todo preventiva. Quienes la tienen, por supuesto que se enferman menos, previenen enfermedades y limitan el daño.
Cuando el malestar, en la opinión del paciente sale de la esfera común, empiezan diferentes caminos que van, desde el buscar la ayuda y consejo de alguien más, a la familia, a las amistades, el uso de remedios caseros, la auto medicación, la consulta muy de moda en redes sociales al “Dr. Google” o al “Dr. YouTube” y por supuesto, el acudir a los servicios de salud públicos y privados.
Ahí surge para quien tiene el malestar un nuevo árbol de decisión, ir al consultorio ambulatorio o ir al servicio de urgencias del hospital.
Por eso cuando se acude al servicio de urgencias hospitalario, en la mente del enfermo ya existe por lo menos una consideración de que su malestar no es sencillo, que no es de atención de consulta externa, el paciente siente una urgencia y considera que debe ser atendido rápido, tiene ansiedad, está vulnerable y, muchas ocasiones tiene miedo, por eso cuando el personal de salud lo clasifica a través del triaje y le comunica que es una urgencia sentida y que puede esperar, viene en principio descontento y también de alguna manera tranquilidad, pero si le dicen que es una urgencia que necesita observación, internamiento y estudios, el miedo se confirma y se desencadenan varias situaciones de las que hablaremos en el próximo artículo.
Por ello y de acuerdo a Ramón de Campoamor en salud como en todo “Nada es verdad, nada es mentira, todo es de acuerdo al color con el cristal con que se mira”.