La violencia en México ha incrementado a tal grado que la sociedad comienza a acostumbrarse. Ya es normal ver como asesinan o mutilan a una persona, solo basta con prender la televisión y ver el noticiario, o peor aún, salir de casa y encontrar un cuerpo descuartizado por el crimen que gobierna a nuestro país.
Tampoco es una novedad que la violencia vaya de la mano con el narcotráfico. Un claro ejemplo es la Ciudad de México, localidad que, con base en cifras del Semáforo Delictivo, tiene el 78 por ciento de homicidios cometidos a nivel nacional.
Hace 6 años, cuando Peña Nieto tomaba posesión en la presidencia de México, prometía que iba a erradicar la delincuencia, como todos. Sin embargo, lamentablemente no vimos avance alguno.
Ahora, a menos de 4 meses de que deje el puesto en manos del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quiere limpiar las manos al «detener» a presuntos implicados en dicho crimen.
Claro está la detención de «El Betito», presunto líder de «La Unión de Tepito», grupo criminal que opera en diversos puntos de las delegaciones Venustiano Carranza, Gustavo a. Madero y Cuauhtémoc. ¿Con esta detención esperan cubrir el sol con un dedo?
Es triste, pero lamentablemente dicha detención no significa que baje el número de casos de narcomenudeo, ya que, hace un par de días, dieron a conocer que presos del Reclusorio Norte, Sur y Oriente, son gente de El Betito y se encargan de controlar a los internos y distribuir narcóticos.
Por otro lado, el día de ayer también salió a la luz la detención de Julio César «N», quien ha sido señalado como uno de los generadores de violencia en Chihuahua y uno de los 122 objetivos prioritarios en su famosa «lucha contra el crimen organizado».
De acuerdo con el contexto que dio el personal de Gobernación, se supo que César «N» era el principal operador de «La Línea», en Ciudad Juárez, por lo que se le culpa de una violencia inusitada, en la cual se sumaron más de 30 homicidios en solo un fin de semana.
¿Realmente los narcotraficantes serán los culpables de la violencia en México?
Son dos detenciones importantes en aproximadamente una semana, sin embargo, no cesan por completo la violencia que vivimos en México. El actual gobierno no podrá lavarse las manos con esto y limpiar toda la mancha de sangre que ha caído en nuestro país. Sí, puede ser que sea un inicio para que cambiemos nuestra triste realidad, pero sus medidas deben ser mayores.
Basta con recordar el caso de El Ojos, quien sacó a la luz la guerra del narcotráfico que se vivía y sigue viviendo en la delegación Tláhuac, pues la muerte de quien lideraba el grupo criminal no terminó con la violencia que sigue imperando en la localidad.
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