El fiscal general opina que si bien no está conforme con el DACA, los dreamers merecen tener un estatus legal.
Jeff Sessions piensa que los dreamers no deben tener preferencia sobre aquellos que han luchado por conseguir legalmente su ciudadanía.
¿Cómo entender a Estados Unidos, dueño y amo de la contradicción? Bueno, tal vez no hay que hacerlo, sino solamente soportarlo y darle el avión. Y es que ahora, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, ha dicho que los llamados dreamers no merecen ni deben tener la ciudadanía norteamericana; sin embargo, también afirma que no se opone a que el Congreso les otorgue un estatus legal…o sea, sí pero no.
De esta forma, Sessions asegura que los dreamers no tienen que recibir la ciudadanía o, al menos, de una forma tan fácil, pues afirma que mientras ellos serían «estadounidenses» por el sólo hecho de haber llegado al país a una temprana edad, hay otros ilegales que tardan varios años en conseguir la ciudadanía de forma legal.
Y digamos que en parte tiene y no tiene razón, pues por un lado, sería lamentable que aquellos dreamers protegidos por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) deban ser repatriados de un momento a otro sólo por el capricho de Donald Trump y tengan que ver truncados sus estudios.
Por supuesto, México ha dicho que apoyará a todos aquellos jóvenes que quieran regresar al país para continuar sus estudios, pero vamos, ¿qué joven querría interrumpir su carrera en EU para venir a terminarla a México? Y claro que no estamos subestimando las instancias académicas que hay en nuestra tierra, pero aceptemos que una vez librados de toda calificación, diplomas y demás títulos, es mucho más fácil y mejor remunerado conseguir un empleo en el extranjero; así que sí, es comprensible la lucha de estos estudiantes por quedarse y seguir sus estudios en EU.
Por otra parte, cabe mencionar que estos jóvenes estarían protegidos por el DACA debido al hecho de que llegaron muy jóvenes a tierra norteamericana. No obstante, también están aquellas otras personas que luchan por su ciudadanía de forma legal y lo cual les cuesta muchos años, sin tener en cuenta todos los requisitos que se les piden para obtener la ciudadanía.
De esta forma, no suena tan descabellado el hecho de que Sessions esté de acuerdo en que aquellas personas que llevan más tiempo luchando por su ciudadanía norteamericana tengan un tanto más de predilección por sobre aquellos que están protegidos por la ley del ex presidente Obama.
Sin embargo, por supuesto que sería preferible que estos dreamers tuvieran un status legal, pues, como dijimos antes, han conseguido ya un logro al poder estudiar en el extranjero, y que a fin de cuentas, cuando se trata de educación, ¿quién piensa en fronteras? Lo mejor sería, claro, que continuaran con su formación académica y se les den las oportunidades para conseguirlo.