Hoy a las 19:00 horas se inaugura esta exposición.
Se trata de una representación de la fe guadalupana y sus diversas manifestaciones a través de tres siglos de historia.
Hace más de 200 años Cayetano de Cabrera y Quintero plasmó en su libro Escudo de armas de México los acontecimientos que se presentaron en la Ciudad de México de 1737 a 1739, cuando la epidemia de matlazáhuatl (brote de peste) terminó con la vida de alrededor de 40 mil personas y cómo esta crítica situación terminó poco a poco después de que la Virgen de Guadalupe fue nombrada patrona de la ciudad.
Esta obra de Cayetano es la pieza central de la exposición Virgen de Guadalupe, arte y devoción que se ha montado en el Museo Franz Mayer; de hecho se trata de un ejemplar del escrito que conserva la biblioteca Rogerio Casas Alatriste de este recinto.
Mayela Flores, una de las tres curadoras de la muestra, externó: «En el libro se cuentan pasiones, sentimientos, filiaciones, discursos acerca de la Virgen de Guadalupe que aunque ocurrieron en el siglo XVIII, siguen vigentes y cobran sentido cuando los contrastamos con esos objetos o imágenes en offset que se imprimen para hacer calendarios».
Virgen de Guadalupe, arte y devoción está conformada por más de 280 piezas, entre los que hay pinturas, fotografías, objetos de arte virreinal y decorativo, diseño y cultura popular.
La exhibición hace un énfasis protagónico en la devoción que millones de fieles le profesan a la imagen de la Virgen de Guadalupe, la cual ha sido utilizada incluso en productos lácteos, refrescos y sal de uvas como un imán de consumidores. No obstante, también hay espacio para las representaciones de la Virgen que se empleaban para decorar edificios religiosos y casas de personas adineradas de esa época.
Se incluyeron desde antiguos óleos imponentes y suntuosos hasta las imágenes caricaturizadas de la Virgen de Guadalupe que salieron hace pocos años al mercado como parte de la línea Virgencita plis.
También se incluyen dos muestras fotográficas, una de ellas de Federico Gama, quien manifestó: «No había más que sentir lo que ellos hacen; en una especie de manda me volví fotógrafo peregrino para tomar a esos personajes que van recobrando elementos culturales de la Virgen de Guadalupe, esa imaginación y sentido en que vuelcan su pasión y la expresan en objetos, a partir de la vestimenta, de su caminar, de irse de rodillas».
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