Los problemas epilépticos son más complejos de lo que aparentan. Hay casos de personas que no manifiestan las populares hiperextensiones de las extremidades o los movimientos bruscos que tienden a asociarse con este padecimiento. Este grupo de pacientes padece epilepsia del tipo crisis de ausencia.
Si bien no ocasiona convulsiones tónico-clónicas, sus consecuencias en la salud cerebral son igualmente severas: en alta incidencia y con gran severidad, causan muerte neuronal. Dada sus características, su diagnóstico requiere de estudios como electroencefalogramas y de la revisión de un neurólogo.
En el Instituto de Fisiología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), científicos estudian este padecimiento, también conocido como epilepsia de pequeño mal, el cual representa alrededor del 25 por ciento de los casos de pacientes con epilepsia del mundo. Los investigadores universitarios suministran fármacos en la rata TAIEP, un modelo animal experimental que manifiesta estas crisis de ausencia, para determinar su eficiencia en el control de la enfermedad. La rata TAIEP, que fue desarrollada en la BUAP a través de cruzamientos endogámicos entre dos grupos de roedores, como un modelo animal idóneo para el estudio de la epilepsia y los efectos de determinados fármacos. Lleva este nombre por los síntomas que presenta: temblor, ataxia, inmovilidad, epilepsia y parálisis.
María del Carmen Cortés Sánchez, fisióloga experta en neurofisiología de la conducta, trastornos del sueño y epilepsia, y directora de este joven proyecto de investigación, acotó: «Veremos el alcance de los fármacos propuestos por el doctor Luis Bruno Blanch. Los administraremos y evaluaremos el efecto que tienen en las crisis de ausencia».
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