Luego de que más de 8 mil migrantes africanos cruzaron la frontera española a nado o a pie, y cuyas fotografías se hicieron virales a nivel mundial, España deportó a 5 mil 800 de ellos en menos de 24 horas.
De los restantes, más de 2 mil permanecían retenidos y unos mil deambulaban en la ciudad autónoma de Ceuta en busca de alimentos, bebidas y refugio.
La frontera ya está controlada, tanto por efectivos del ejército y la Guardia Civil española, como por fuerzas del orden de Marruecos.
Para evitar el paso de más migrantes, España ha colocado tanques y soldados del ejército en la playa del Tarajal, quienes la custodian apoyados por lanchas de la Guardia Civil para mantener cerrado el paso fronterizo.
Ante la negativa de una frontera abierta, varios de los migrantes decidieron ser repatriados de forma voluntaria, por lo que esperan en centros de acogida temporal.
De entre los migrantes que cruzaron a nado, un agente de la Guardia Civil logró rescatar a un recién nacido en el mar, cuyo cuerpo estaba casi congelado, según explicó el guardia.
Para lograr la deportación masiva, los inmigrantes son custodiados por la Guardia Civil y sin que medie ningún procedimiento judicial o administrativo son devueltos a Marruecos por la puerta fronteriza que divide a los dos países.
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