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Su condena es de tres años.

Michael Cohen asegura que la sentencia es injusta y argumenta que solo siguió órdenes de Donald Trump.

Haber cometido fraude fiscal, mentirle al Congreso y pagarles a dos mujeres durante la campaña presidencial para que no hicieran público que habían sido amantes de Donald Trump son las tres acciones que hicieron que Michael Cohen fuera sentenciado a tres años de prisión hace unos meses.

Hoy el exabogado de Trump fue trasladado a la cárcel federal de Otisville, en Nueva York. Al salir de su casa en Manhattan, Cohen declaró: «Todavía queda mucho por decir. Y espero con ansias el día en que pueda compartir la verdad». Cabe señalar que el excolaborador del hoy presidente califica como injusta su condena, pues argumenta que solo cumplió las órdenes de su entonces jefe.

«No trabajé para la campaña. Trabajé para él (Trump). ¿Y por qué soy yo el que va a la cárcel?», declaró Cohen durante una entrevista para The New Yorker.

Robert Mueller, fiscal especial encargado de la investigación sobre la posible injerencia de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales, resaltó en su informe sobre este caso las aportaciones de Cohen, sin embargo, esto no fue suficiente para que los fiscales redujeran la pena.

El exabogado de Trump convivirá en prisión con reclusos considerados no peligrosos (algunos exfuncionarios) en «el campo» de baja seguridad, espacio de Otisville en donde se ubican este tipo de delincuentes.

Por otro lado, Harlan Protass, abogado penalista, indicó que «debido a que el congreso eliminó la libertad condicional en 1987, lo más que puede esperar (Cohen) es una reducción del 15 por ciento de su sentencia por “buena conducta” (…) También es probable que pase los últimos seis meses de su sentencia en un centro de rehabilitación».

 

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