Especialistas temen «falta de artesanos calificados» para reconstrucción
El Arquitecto Francis Maude señaló que es posible que «gran parte de la superficie histórica de la obra esté perdida», debido a la exposición a altas temperaturas.
El Primer Ministro francés, Édouard Philippe, anunció el lanzamiento de una convocatoria internacional de arquitectura para participar en la reconstrucción de la aguja de la catedral de Notre Dame, cuya estructura colapsó en el incendió que invadió este histórico recinto el pasado lunes.
De acuerdo con el funcionario francés, se busca «dotar a Notre Dame de una nueva aguja adaptada a las técnicas y a los desafíos de nuestra época».
Esta convocatoria estará respaldada por un proyecto de ley que buscará darle un marco legal a la reconstrucción bajo el nombre «Notre Dame», el cual estará acompañado por una reducción de impuestos a los particulares que donen dinero para este fin, hecho que ha causado polémica dadas las recientes manifestaciones de los Chalecos Amarillos que han permeado en París.
Y es que, a la fecha, la suma de las donaciones realizadas por distintas empresas de origen francés, así como por particulares asciende a 800 millones de euros.
Consultado por la Agencia AFP, el arquitecto Francis Maude, ―quien participó en la restauración del Castillo de Windsor, en el Reino Unido― refirió que dos de los principales retos a los que se enfrentan son la falta de artesanos calificados y la modalidad que será usada para la reconstrucción. «Encontrar suficientes artesanos capaces de trabajar la piedra, la madera, el plomo, el vidrio (…) es un desafío para el sector en toda en Europa».
Así mismo, destacó que esta carencia podría determinar el ritmo y algunas decisiones que se tomen en el proceso de restauración. Agregó que, en caso de que se busque modificar el diseño que tenía la catedral, se generarían serias discusiones, pues muchos piensan «que la única forma de restaurar Notre Dame es exactamente como antes».
Además, mostró su preocupación por que la catedral está construida con piedra calcárea, que al ser expuesta a temperaturas mayores a 800 grados «se descompone por reacción química (…) y es entonces difícil utilizarla de nuevo». Por ello, dijo, es posible que «gran parte de la superficie histórica de la obra esté perdida».
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