Ante la quinta ola de contagios de la COVID-19, Francia impondrá nuevas restricciones, como lo es el home office al menos tres días a la semana y adelantar una tercera dosis de la vacuna a partir de los tres meses de la primera aplicación y no a los cinco.
El primer ministro, Jean Castex, realizó estos anuncios después de la aprobación de un proyecto de ley en Consejo de Ministros que deberá ser aprobado por la Asamblea francesa en enero.
Por el momento el regreso a clases sigue programado para el 3 de enero de 2022 y no se contempla un toque de queda, aunque podría haber restricciones de las concentraciones públicas.
Una de las medidas más severas es que el pase sanitario se convertirá en uno de vacunación, por lo que los no vacunados deberán demostrar a partir del 15 de enero de 2022 una inoculación para poder asistir a cines, teatros, museos, transportes, cafés e instalaciones deportivas.
A partir de enero, el máximo de asistentes para eventos en espacios cerrados será de dos mil personas y cinco mil para los del exterior.
Se regulará asimismo el consumo en bares, restaurantes y salas de cines. En los primeros, solo se podrá hacer sentado, y en los últimos no se podrá comer ni beber para no retirar la mascarilla, medida que aplicará también en el transporte público.
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