A pesar de saberse responsable del peor desastre minero en México al derramar 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado y otros metales al río Sonora, el consorcio Grupo México pretende suspender la construcción de la clínica destinada a los afectados por la contaminación y sólo entregar un centro comunitario.
A finales de marzo anterior, en una reunión con representantes del gobierno estatal y de la Secretaría de Gobernación, la empresa propiedad de Germán Larrea propuso reducir, de 27 a 9, las plantas de tratamiento para sanear las aguas del cauce.
Ante esto, el delegado de Gobernación en Sonora, Wenceslao Cota Montoya, ha asegurado que los representantes de Grupo México ante el comité técnico del fideicomiso, creado para atender a los afectados, impulsan la propuesta de suspender la construcción de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (Uveas) y las plantas potabilizadoras.
Refirió que los empresarios pretenden dejar de invertir en laboratorios y equipo clínico, y sólo entregar un edificio vacío que, a casi tres años del peor desastre ambiental todavía construye el consorcio minero.
Según las pláticas que sostienen con los gobiernos estatal y federal, los directivos de Grupo México pretenden así resarcir el daño provocado a la salud y el entorno de 360 habitantes de los ocho municipios afectados: Arizpe, Banámichi, Bacanuchi, Huepac, San Felipe de Jesús, Aconchi, Baviácora y Ures.
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