Acusan pobladores afectados por derrame industrial una nula reparación del daño de parte de Grupo México
Se calcula que más de 22 mil habitantes tuvieron complicaciones en su salud a consecuencia del derrame de 40 millones de sulfato de cobre acidulado.
Grupo México (GP), responsable del desastre ecológico más grave en el país, entregará una clínica sin concluir para que sea utilizada por elementos de la Guardia Nacional (GN) desplegados en el estado de Sonora.
A través de un comunicado informaron que el edificio (en obra negra) en donde se albergaría la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora (Uveas) pasará a manos de la Cuarta Zona Militar (CZM) mediante un convenio de comodato en servicio de la GN.
Con la celebración de dicho convenio se permite que los elementos de la corporación cuenten con instalaciones propias para trabajar en coordinación con las autoridades, destacó el comandante de la CZM, Isaac Muñoz Navarro, luego de agradecer los más de 1,700 metros cuadrados repartidos en tres edificios ubicados en el municipio de Ures, Sonora.
Cabe recordar que el 6 de agosto de 2014, Grupo México derramó más de 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado sobre el río Sonora, lo cual afectó a siete cabeceras municipales, provocando entre los pobladores enfermedades digestivas, respiratorias, dermatológicas, bucales, renales, cardiovasculares, neurológicas y así como distintos tipos de cáncer.
Tras el desastre
Luego de la falla en un represo de la mina de Cananea, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) obligó a GM a resarcir el daño, para lo cual se creó un fideicomiso de 2 mil millones de pesos, 71 de ellos se destinaron a la creación de la Uveas.
Algunos estudios revelan que el derrame de sulfato de cobre acidulado destruyó ecosistemas a lo largo de 250 kilómetros y afectó a cerca de 22 mil habitantes de Arizpe, Banámichi, Huépac, Aconchi, San Felipe de Jesús, Baviácora y Ures. Sin embargo, los afectados afirman que los daños a la salud de los habitantes son incalculables y el «famoso fideicomiso» solo duró 55 días; mientras que la reparación del daño no correspondió a las pérdidas reales.