Vivimos en un país diverso y multicultural, es por ello que debemos saber respetar y valorar esta característica. Sin embargo, esto históricamente no sucede. Los usos y costumbres de los pueblos indígenas no son respetados como debería de acontecer en una sociedad incluyente y con sentido común. La estadística dice que aproximadamente nueve de cada diez indígenas se encuentran olvidados en la entidad mexiquense.
Por esta razón, el Congreso local recibió una iniciativa de ley que presentaron los pueblos indígenas del Estado de México. La razón es inminente: para que se respeten y reconozcan a todos los habitantes originarios de tribus prehispánicas.
La modificación pretende que los sistemas tradicionales que prevalecen en las comunidades rurales, se respeten al cien por ciento, porque, aunque en la ley están plasmados sus derechos, en la práctica se trata de una ley muerta, externó Jesús Mercado Popocatzín Castillo, presidente de la Nación Náhuatl. Y agregó: «Exigimos reciprocidad en el estrato e igualdad ante la ley, porque, pese a que está escrito, es letra muerta. Queremos ser iguales en la toma de decisiones y en los procesos legislativos y judiciales donde estemos involucrados».
Actualmente en el estado, 370 mil indígenas han sido reconocidos por el estado, aunque para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la cifra alcanza los tres millones 846 mil habitantes; es decir, «nueve de cada 10 indígenas han sido invisibles ante los programas sociales de los que se deben de beneficiar», puntualizó. Una de las trabas radica en que las instituciones toman en cuenta diferentes criterios para reconocer a las comunidades como indígenas; situación que se prevé en la iniciativa, pues propone unificarlos, además de crear un marco normativo para proteger sus propios sistemas normativos tradicionales.
Raymundo Garza Vilchis, legislador mexiquense, acotó que solo en 42 de los 125 municipios que componen el Estado de México, se ha certificado la presencia de comunidades rurales originarias, aunque se deja fuera a otras que están arraigadas, pero que no han tenido la mirada de las autoridades, como la de Santa María Tecuanulco, en el municipio de Texcoco.
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