Estamos en el primer mes del año 2017, y en temas del séptimo arte, comienzan los anuncios de los filmes nominados para mejor película, actor, actriz, guión, entre otros; como es el caso de los Globos de Oro, evento que se efectuó hace una semana y donde el cine Hollywoodense resaltó con sus diversas películas.
Como bien sabemos, la industria del cine en Estados Unidos tiene mucho apoyo y, por ende, es lógico que sea allí donde se encuentra una de las mayores productoras de este arte.
Pero… ¿Y en México, por qué no sucede lo mismo? No es que compare la economía nacional con la estadounidense, pero creo que, pesé a las diversas y grandes instituciones que hay en el país para apoyar y gestionar más proyectos entorno al cine mexicano, siguen dando un mínimo porcentaje o si bien, alguien desea ser benefactor, los trámites burocráticos no esperan en salir.
Sí, es cierto que cada vez los mexicanos tenemos más renombre en el cine hollywoodense y sus diversos festivales o eventos que galardonan los filmes del mundo, y como claro ejemplo están los directores Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y el increíble fotógrafo Emmanuel Lubeski; sin embargo, es lamentable que hayan logrado ser reconocidos en su labor por películas que han sido apoyadas, de cierta forma, por los extranjeros.
Ahora bien, a pesar de que el año pasado fue uno en los que más proyectos cinematográficos se llevaron a cabo, hace falta impulsar aún más este arte en nuestro país, y apoyar no sólo económicamente, sino desarrollar programas, ya sean cursos, talleres o diplomados para que cada vez la calidad del producto mejore y haya filmes mexicanos hechos por mexicanos.
También, es lamentable la crisis creativa que se está viviendo en este ámbito, y no hablo de que sólo ocurra en nuestro país, sino en el mundo, ya que como hemos visto, desde el año pasado, los nuevos productores apuestan por los ya famosos remakes de filmes e historias que ya se han contado y lo justifican, principalmente, diciendo que quieren innovar mostrándonos mejores efectos especiales de los que ya habíamos apreciado en la pantalla grande.
Sigamos apoyando al cine hecho en México, porque la creatividad sobra en nuestros connacionales, a la fecha nadie se ha limitado a realizar un remake de Amores perros, sólo falta un impulso para que cada día mejoremos en el Séptimo Arte y expandamos la cultura mexicana, junto con su particular visión cinematográfica, al mundo.