Esta semana se presentó un lamentable suceso en la ciudad inglesa Manchester, cuando tuvo lugar un atentado en el concierto de una joven cantante estadounidense conocida como Ariana Grande, donde perdieron la vida 22 personas y 59 más resultaron heridas, el presunto responsable fue un suicida de nombre Salman Abedi, quien detonó una bomba en el Manchester Arena.
De acuerdo con información del Diary Telegraph, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) confirmó, a través de sus canales habituales que uno de sus soldados fue el responsable del atentado en Inglaterra. Es innegable reconocer que este tipo de situaciones son lamentables, pues más de dos decenas de personas fallecieron, sin embargo, hay un dato que resalta tanto como esta cifra.
La difusión mediática que se le ha brindado a este suceso ha sido muy amplia, sobre todo en medios de televisión y radio, pues se han presentado coberturas muy extensas del hecho y las reacciones al mismo, sobre todo en cadenas internacionales como CNN y Telemundo, no obstante, otros sucesos de ese mismo carácter, de igual o quizá mayor magnitud, no han tenido el mismo tiempo al aire: la situación de guerra en Siria y las protestas contra el régimen del presidente Nicolás Maduro en Venezuela.
Se puede apreciar en los medios audiovisuales cómo es demasiado breve el tiempo destinado a informar acerca de las caóticas circunstancias que viven los habitantes sirios, quienes buscan diariamente escapar de esa zona de guerra y son detenidos o asesinados por grupos armados.
Situación que también ocurre en la cobertura que se da a la criminalización de las protestas en tierras venezolanas, en las que la policía militar de aquel país sudamericano arremete de forma cotidiana contra los manifestantes que se oponen contra el régimen de Maduro, lo que ha provocado que, hasta el momento, haya 57 fallecimientos por las movilizaciones que comenzaron el pasado mes de abril.
Sin restar importancia a lo sucedido en Manchester, este tipo de situaciones merecen una difusión real por parte de los medios de comunicación, aunque los hechos hayan tenido lugar en medio oriente, Inglaterra o Sudamérica, pues el ataque de la humanidad hacia sí misma siempre será un hecho lamentable que debe ser informado con el cuidado pertinente.
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