César J.G.
El día 13 de febrero, se celebra el día mundial de la radio, es por ello que decidí dedicarle este espacio a esa plataforma, que es, si me lo preguntan, mi favorita. De lo contrario ―y sé que la gran mayoría lo pensará― yo les preguntaría: ¿Acaso no escuchan radio? ¿No creen que algo se ha ido perdiendo dentro de ella? Ustedes podrían decir: ¿Para qué escuchar radio, si hay canales de televisión destinados a poner música? ¿Para qué escuchar la radio si hay programas de televisión que me divierten por las mañanas y tardes? ¿Por qué escuchar la radio si en mi teléfono traigo las canciones que más me gustan? ¿Por qué elegir el sonido en un mundo en donde todo es principalmente visual?
Bueno, pues si existe el posicionamiento de que tenemos los políticos que nos merecemos, podríamos decir también que nos merecemos los medios que tenemos. Al no exigir nuestros derechos como audiencias, al no presionar por tener en nuestros medios de comunicación los programas, la música e incluso las cosas que queremos escuchar, hemos logrado el desprestigio de nuestros medios de comunicación.
La radio, desde mi perspectiva, propicia una apertura a valorar lo que vemos y tocamos. El sonido da la posibilidad de divagar en el descubrimiento de qué es lo que estamos escuchando, esto aplica tanto para quienes se dedican a tareas que tienen que ver directamente con el sentido auditivo como para los que realizan otras actividades.
En mi caso, mi gusto por el sonido se dio gracias a la radio. Esta plataforma, me parece aún más sofisticada que la misma televisión y el periódico en términos de lenguaje y formas de comunicar. ¿Cuándo se ha visto un fenómeno, en estas dos plataformas, similar a lo sucedido con Orson Welles en el momento en el que entra a la cabina de la CBS y comienza a interpretar, acompañado de la compañía teatral Mercury, la novela del escritor británico H. G. Wells, La guerra de los mundos?
Muchos creen que los medios de comunicación ya no tienen la misma influencia que antes sobre las masas. Yo creo que ahora, la gente se da cuenta de los escenarios mediáticos y decide desmarcarse de ver tal o cual medio, creando uno propio. Así es que nos encontramos con estaciones de radio como las extintas Espacio 59, Radioactivo, y la emergente Radio Ciudadana y demás estaciones, sean piratas o comunitarias.
La Radio es más grande de lo que creemos.
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