El pasado jueves se estrenó la película Logan, ultima parte de la trilogía que envuelve a uno de los personajes más emblemáticos de los X-Men, y queridos por los fanáticos de los comics y el filme ha sido aclamada por estos mismos durante el último fin de semana.
A pesar de que se había tratado el personaje de Wolverine como un tipo de acción, el director James Mangold se avocó a desarrollar a un Logan viejo interpretado por Hugh Jackman del cual sólo quedan recuerdos de lo que fueron los X-Men, no esos superhéroes que aparecen en los cómics (incluso se hace referencia a ello en la película) sino el grupo de mutantes que en algún momento intentaron salvaguardar a la humanidad y de los que ya no quedaban más que él, Xavier (interpretado por un ya viejo Patrick Stewart) y Caliban (llevado a la pantalla por Steven Merchant).
Durante los primeros minutos del filme llega el momento en el que cuestionas si realmente estás viendo una película de superhéroes pues realizan críticas de manera sutiles a la misma industria que los ha enaltecido por años, haciendo alusión que hasta los superhéroes envejecen y disminuyen su poder.
No sólo hace una «sutil» alusión a los comics de los X-Men, sino también esta película hace una referencia a la situación actual que atraviesa Norteamérica en materia política y social impuesta forma ligeramente forzada.
Desde la primer escena de acción de la película, que fue hecha en México, con la policía federal, hasta la farmacéutica de la Ciudad de México que fue trasladada de Estados Unidos para no infringir con las leyes para realizar «mutantes artificiales» con ayuda de mujeres mexicanas que «desaparecieron» en pro de concebir a los nuevos mutantes, que serían vendidos a empresas, naciones, quien tuviera el dinero para obtener uno.
Sin embargo, ante las condiciones en México, buscaron huir al «Edén» un lugar en EUA ubicado en Dakota del Norte donde estarían aguardando todos los mutantes refugiados, a pesar de que un grupo anti mutante se encuentra usando a fuerzas del orden para evitar que lleguen a dicho punto.
Ya en el santuario, los mutantes que salieron desde la CDMX buscaban llegar a la frontera norte (Canadá) donde ya no serían atacados. La referencia es tan fuerte aquí que parece graciosa.
No con esto pretendo decir que la película es mala, de hecho los personajes son bien llevados por los actores, incluso Laura (x-23), interpretada por Dafne Keen es genial tanto en escenas de acción como de desarrollo (excepto quizás en su doblaje con el incidente de «la troca», pero era para que se entendiera que hablaba español), pero hay un mensaje político anti Trump demasiado fuerte e incluso descarado, aunque al final, quien lo haya captado le deja un buen sabor de boca sobre la situación de estos tres países.
Por Christian Arrieta.
HOY NOVEDADES / EDITORIAL