Pegasus, el programa que se usó para espiar a periodistas y activistas críticos del gobierno en México, fue adquirido por la Procuraduría General de la República en octubre de 2014 durante la administración de Jesús Murillo Karam, cuando el director de la Agencia de Investigación Criminal era Tomás Zerón, pero fue terminado de instalar hasta marzo de 2015, cuando Arely Gómez ya era procuradora.
Y fue durante la administración de Gómez, en noviembre de 2015 cuando se produjeron los primeros intentos de espionaje en contra de periodistas y activistas, denunciados por el New York Times; el manejo y utilización del programa Pegasus quedó en manos de la titular de la PGR, a través de Christian Noé Ramírez Gutiérrez, quien era el jefe de la Oficina de la Procuradora, de acuerdo a un acta administrativa del cual Grupo Milenio tiene una copia.
De acuerdo a esta misma información, para poder operar el programa Pegasus se capacitó a 25 personas durante 5 días. Al proceso de intervención de aparatos se le denomina “Sistema para la realización de actividades sustantivas” y el proveedor de esta tecnología fue el grupo Tech Bull S. A. de C. V. Además, siguiendo con esta información, se entregó a la Oficina de la procuradora el hardware, software, documentos sobre la capacitación e implementación del programa, así como una garantía de un año y acreditación de los cursos de capacitación para el uso de Pegasus.
Además de la PGR, otras instituciones mexicanas que adquirieron el software fueron la Secretaría de la Defensa y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, de acuerdo a lo investigado por Citizen Lab, investigación dada a conocer por The New York Times.
De acuerdo a Denise Maerker, quien dijo en su noticiero que tiene una copia del contrato de adquisición del programa Pegasus, éste le costó a la PGR 32 millones de dólares y el pago abarcaba la operación del software sobre 500 objetivos.
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