La poeta, narradora y ensayista Dolores Castro, falleció el miércoles de esta semana a la edad de 98 años. Se le considera una “devota de la sencillez pero enemiga de las concesiones” ya que siempre trató de expresar “algo que valga la pena y de la forma más clara, evitando el rebuscamiento y las palabras de adorno”.
Fue ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Lingüística y Literatura. Nacida en la ciudad de Aguascalientes el 12 de abril de 1923, Castro es una de las voces líricas más entrañables de México.
Fue autora de poemarios como El corazón transfigurado (1949), La tierra está sonando (1959), Cantares de vela (1960), Qué es lo vivido (1980), No es el amor el vuelo (1995), Sonar en el silencio (2000), Íntimos huéspedes (2004) y Algo le duele al aire (2011).
Uno de sus poemas más notorios es “No sé por qué le asusta el movimiento”, que dice: Por temor de morir se finge muerta/ o dormida.// Y no sé si al calor de tanta muerte/ fingida,/ algún día resista/ muy quieta, muy despierta, muy viva.
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