Dividido por la frontera entre Arizona y Sonora, el  pueblo de los «pápagos» pidió al gobierno federal de México su intervención para impedir que el muro que pretende construir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, termine por separar a la comunidad, pues se verían afectadas sus costumbres e, incluso, los servicios comunitarios, ya que la clínica está del lado estadounidense y el panteón en territorio mexicano.

El muro afectaría el territorio de los Tohono o’odham ―gente del desierto―, que abarca 120 kilómetros de frontera, por lo que la cancillería turnó el caso a la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, que a su vez ya envió abogados a entrevistarse con los «pápagos».

La población en México es de 500 personas y en Estados Unidos de casi 30 mil, según un documento preparado por la comisión a cargo de Jaime Martínez Veloz.

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