Que si Alfredo del Mazo, que si la «Chepina» Vázquez Mota o Delfina Gómez, que si el PRD tiene o no candidato, etc., el señor Eruviel Ávila dice que el Estado de México ha crecido en todos los aspectos, se da el lujo de defender a los migrantes del malvado presidente del país vecino del norte; además habla de que la carencia social ha disminuido aunque en comunidades, en toda la entidad, se demuestre lo contrario.
Muy alegremente, los ediles y el mismo gobernador celebran que, en los dos últimos meses, la alerta de género está a punto de ser anulada en dos municipios, quedando aun 9 con ésta categoría. Se implementan medidas de seguridad como la sustitución de luminarias y la solicitud a elementos del Ejército en calles de los diversos municipios en donde está activa dicha alerta.
Lo anterior, contrastando con el gasto que podrá tener cada partido en sus actos de campaña, que, de acuerdo con el Instituto Electoral del Estado de México, será la suma más grande en toda la historia electoral, con la que cada partido político podrá gastar casi 4.8 millones de pesos al día.
El Estado de México ha sido muy mentado últimamente, lamentablemente, hay situaciones que deben ser noticia y no lo son.
En el año 2006, cuando el ahora señor presidente, era gobernador de ésta entidad, la mañana del 3 de mayo, elementos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, vecinos del municipio de Texcoco y policías se enfrentaron, luego de un desalojo cometido contra vendedores de flores. Fue el inicio de dos días violentos que dejaron como saldo a decenas de heridos, dos jóvenes muertos y más de 20 mujeres violadas.
Desde el año 2001, San Salvador Atenco había estado en el ojo mediático, luego de que el expresidente, Vicente Fox, fuera doblegado en su intento de construir un nuevo aeropuerto en la zona.
En un cambio radical de discursos, la situación cambió cinco años después, los pobladores fueron respaldados, inclusive, por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pues el sub comandante Marcos acudió a una entrevista matutina a Televisa. Por otro lado, Enrique Peña Nieto dijo que no habría marcha atrás, que no se toleraría que una minoría frenara el avance de las mayorías y que, esa misma minoría, retara de esa forma al Estado, de hecho, todos los partidos políticos se unieron para usar este asalto como plataforma política, exigiendo que, con el uso de la fuerza pública, se reestableciera el estado de derecho.
Los resultados de esto, ya los conocemos, ya fueron enunciados en los párrafos anteriores. Sin embargo, en los últimos días, toda esta información ha sido rememorada, ya que «honorables» diputados mexiquenses aprobaron «la Ley que regula el uso de la fuerza pública», mejor conocida como «Ley Atenco», promovida por el gobernador priista Eruviel Ávila.
Esta ley faculta a las policías estatales y municipales a intervenir cuando consideren «ilegal» alguna manifestación o protesta. En el artículo octavo, otorga a los elementos policiacos la posibilidad de usar armas de fuego en estos casos:
«Cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida de las personas y la del elemento, éstos podrán hacer uso intencional de armas letales. Sólo se emplearán armas de fuego en defensa propia o de terceros, en caso de peligro inminente de muerte, lesiones graves o con el propósito de evitar la comisión de un delito particularmente grave que entrañe una seria amenaza para la vida o con el objeto de detener a una persona que represente ese peligro y oponga resistencia a su autoridad o por impedir su fuga, así como en el caso de resultar insuficientes las medidas menos extremas para lograr dichos objetivos».
También se permite el uso de esposas rígidas, semirrígidas, de eslabones, candados de pulgares y cinturones plásticos; y de armas intermedias como el bastón PR-24, tolete o su equivalente. Además de dispositivos de descargas eléctricas, inmovilizadores o candados de mano, sustancias irritantes en aerosol, y equipo autoprotector, entre ellos escudos, cascos, chalecos y medios de transporte a prueba de balas.
Por si fuera poco, en caso de abusos policiacos exime de responsabilidad al gobernador y alcaldes, y la delega apenas a los mandos operativos. Mientras que, en su artículo 52 dispone: «A los mandos y elementos cuando no adopten todas las medidas necesarias y suficientes para hacer uso de la fuerza pública y de las armas de fuego e inobserven lo dispuesto en esta ley, se les iniciará una investigación interna por parte de la institución de seguridad a la cual pertenezcan».
Ante este panorama, la CNDH realizó recomendaciones, ya que en el caso del término, «Agresión real», el cual fue definido como «la conducta de la persona que despliega físicamente en acciones que ponen en peligro los bienes jurídicos», los términos son vagos, sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación promulgó como constitucional dicho concepto, por lo que ahora, el siguiente paso es dar lectura del contenido, es decir, analizar la ley y las normas que la conforman, la cuales, en su mayoría fueron impugnadas por la misma CNDH y algunos diputados del congreso local.
Ahora, ciudadano mexiquense, sabiendo lo anterior, ¿es necesario que te dé mi opinión respecto a esta ley?
César J.G.
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