Socorro Solís Sánchez, directora académica del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), señaló que trabaja en la adaptación de los módulos del Modelo Educación para la Vida y el Trabajo que están dirigidos a los adultos y jóvenes rezagados académicamente, con la finalidad de fortalecer el programa y ofrecer una educación de calidad.
El organismo trabaja para determinar qué cambios necesitan los módulos, en razón de tres grupos de población: los más jóvenes que quieran y que deseen reintegrarse al sistema educativo; las personas de más de 60 años, ya que tienen una condición de vida diferente y necesitan un estudio acorde con sus condiciones de vida.
«Es necesario ajustar los módulos para promover la retención de la memoria, el desarrollo de habilidades psicomotrices, actividades de recreación que atiendan las cuestiones de salud conforme a su edad y las cuestiones de convivencia y de sociedad conforme al derecho que los adultos mayores tienen», dijo.
El tercer grupo es la población en activo, personas de más de 20 años de edad que necesitan este aprendizaje para responder cuestiones de familia, de su actuar como ciudadanos y en el trabajo.
La funcionaria señaló que el proceso será de manera gradual, «porque es una labor titánica que tendrá esta visión de diversificar la atención, en razón de los intereses y necesidades de tres grupos de edad».
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