La gastronomía del estado de Hidalgo es una de las más variadas y extensas del país. Una de las razones es que durante muchos años ese territorio estuvo ocupado por tres culturas mesoamericanas: azteca, teotihuacana y otomí.
Los productos provenientes del campo eran la base de su alimentación, que se complementaba con los insectos ricos en proteína; además del amaranto que se utilizaba para elaborar tortillas, que fungían como el complemento perfecto. Además del dulce prehispánico del Valle de Mezquital.
Durante la colonia el intercambio cultural no dejó de lado a la comida. Influencias españolas y árabes se fundieron con la mexicana. Esto potenció fuertemente la gastronomía local, que se apropió de productos traídos, por ejemplo, del Medio Oriente.
Esta yuxtaposición de elementos sumamente variados hace de la gastronomía hidalguense una delicia y orgullo nacional.
