PINGÜINO «IDOLATRA» UNA FIGURA DE ANIME EN JAPÓN

Por Christian Arrieta

No cabe duda, que en muchas ocasiones, la condición humana es muy parecida a la animal y viceversa, podemos encontrar desde perros cruzando una avenida por un puente peatonal, hasta casos que parecen risibles, como el de un pingüino adulto, habitante de un zoológico japonés.

Resulta que un pingüino de 20 años de edad, de nombre «Grape», que actualmente vive en un zoológico de la ciudad de Kumamoto, ha sido objeto de la atención de propios y extraños, pues el ave marina se obsesionó con una figura de cartón, que es parte de una campaña publicitaria de la serie animada Kemomo Friends.

El personaje femenino de nombre «Hululu» es una pingüina humanizada que fue colocada en el zoológico para promocionar la serie, luego de donar una suma de dinero al zoológico tras el terremoto que sufrió la ciudad en el 2016.

A unos días de que iniciara la campaña, Grape dejó de convivir con los demás pingüinos y solo daba vueltas a la figura de cartón que se encontraba en el centro del hábitat de las aves, esto fue visto por el personal del zoológico que decidió retirar a «Hululu» y recluir al pingüino.

Esto no fue aceptado por Grape, y lo demostró dejando de comer e, incluso, aislándose  más de los demás, por lo que usuarios en redes sociales pidieron que se volviera a colocar la figura de la chica y se dejara de recluir a Grape.

Los pingüinos viven en promedio 20 años, por lo que se pude considerar «viejo» al palmípedo; sin embargo, parece que la experimentada ave se «enamoró» del personaje impreso en la figura de cartón.

De acuerdo con personal del zoológico, la figura se quedará hasta el próximo 25 de junio, no obstante, habrá que observar si Grape acepta que la retiren, pues, por el contrario, volverá a dejar de comer y a tomar una actitud negativa.

Cabe mencionar que este tipo de actitudes han sido severamente criticadas en Japón, debido a los fanáticos del anime quienes se recluyen e idolatran a personajes de series, llegando incluso a «casarse» con sus protagonistas favoritos, lo cual, para la población japonesa, es un problema que cada vez crece más entre los jóvenes ―y ahora los pingüinos― del país de lejano oriente.

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