Rufino Tamayo aseguró que si el arte «está al servicio de otras cosas, ya no tiene su calidad principal», esto en alusión a los artistas que realizaban obras por encargo. El oaxaqueño fue contemporáneo de Rivera, Siqueiros y Orozco, sin embargo, su obra no se centró en temas políticos, optó por temas como la esencia tradicionalista de México y la ciencia cósmica.
Pintura de Rufino Tamayo es vendida en 5 mdd en Nueva York - FOTO: GETTY IMAGES

La obra del oaxaqueño se compone de más de mil óleos, 358 dibujos, 452 obras gráficas, 20 esculturas, 21 murales y un vitral.

La obra se vendió a través de una subasta realizada en Nueva York, ciudad en donde Tamayo la pintó en el año 1942. Fue precisamente en la Gran Manzana donde Rufino alcanzó el reconocimiento internacional.

Rufino Tamayo aseguró que si el arte «está al servicio de otras cosas, ya no tiene su calidad principal», esto en alusión a los artistas que realizaban obras por encargo. El oaxaqueño fue contemporáneo de Rivera, Siqueiros y Orozco, sin embargo, su obra no se centró en temas políticos, optó por temas como la esencia tradicionalista  de México y la ciencia cósmica.

Una de sus obras más emblemáticas, Perro aullando a la Luna, acaba de ser comprada en una subasta por 5 millones de dólares. La casa de subastas Sotheby’s arrancó la puja conn2.8 millones de dólares, lo curioso de esta compra fue que se concretó vía telefónica.

«Captura la angustia existencial que siguió al inicio de la Segunda Guerra Mundial», expresó la firma de remates sobre esta obra perteneciente a la serie de animales que pintó Tamayo, la cual está inspirada en el Guernica (1937) de Pablo Picasso con la diferencia de que el oaxaqueño empleó una vibrante paleta de colores, refirió Sotheby’s en un comunicado.

El dato

Baile en Tehuantepec, cuadro pintado por Diego Rivera en 1928, es la obra de un artista de Latinoamérica que más cara se ha vendido. El argentino Eduardo Constantini, coleccionista de arte, la compró por 15.7 millones de dólares en 2016.

Rufino Tamayo aseguró que si el arte «está al servicio de otras cosas, ya no tiene su calidad principal», esto en alusión a los artistas que realizaban obras por encargo. El oaxaqueño fue contemporáneo de Rivera, Siqueiros y Orozco, sin embargo, su obra no se centró en temas políticos, optó por temas como la esencia tradicionalista de México y la ciencia cósmica.
Baile en Tehuantepec – FOTO: EFE

 

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