Los pastes, las minas y los templos son elementos característicos de Real del Monte
Aunque el Pueblo Mágico cuenta con grandes bellezas, también hay algunas zonas que necesitan de un mejor presupuesto.
Real del Monte, en Hidalgo, es uno de los Pueblos Mágicos de México que se tiene que visitar al menos una vez en la vida, pues a pesar de ser pequeño cuenta con la belleza suficiente para deleitar y satisfacer a cualquier espíritu viajero.
Además, si bien el estado de Hidalgo es conocido gracias a sus pastes, cualquiera que se diga amante de esta deliciosa comida mexicana no puede perderse la oportunidad de entrar al Museo del paste, lugar en el que se puede conocer todo lo relacionado con el platillo.
Aunque claro, si lo que se quiere es disfrutar el máximo esplendor del manjar de hojaldre entonces se tiene que visitar Real del Monte durante el mes de octubre, época en la que se festeja el Festival Internacional del paste.
Otros destinos ―parada obligada― son las distintas minas, como la llamada Dificultad, la más importante del pueblo y reconocida por su icónica chimenea. También está la famosa Mina de Acosta, en la que incluso se tiene que entrar con casco y lámpara debido a que está a 400 metros de profundidad y cuenta con maquinaria de la época.
Ahora, si lo que se busca es callejonear basta con caminar en cualquiera de las calles del pueblo para disfrutar de la estrechez de éstas. Aun así, los dos callejones que no pueden dejar de recorrerse son: el de Los artistas, donde se pueden apreciar fotografías de las producciones de cine y televisión que se han hecho en el Real del Monte, y el del Dicho, en cuyas paredes pintadas de rojo se podrá leer una gran cantidad de dichos, como su nombre lo indica. Sin embargo, éste sólo se encuentra abierto al público en general los fines de semana.
Y si lo que se busca es disfrutar la maravillosa estructura, entonces la Parroquia de Nuestra Señora de la de la Asunción (construida a finales del siglo XVII) es una de las mejores opciones. A ella puede sumarse el Santuario del Señor de Zelontla, donde todos quedan impresionados con la famosa vestimenta del Cristo Minero.
Sin embargo, aunque el pueblo cuenta con una gran variedad de zonas para visitar, también tiene otras que desgraciadamente han quedado bastante descuidadas a pesar de la importancia histórica y sentimental con la que cuentan.
Uno de estos lugares es el Museo del Futbol, un pequeño recinto dedicado a la historia de este deporte. Además, resulta un tanto irónico que siendo un lugar especializado en la actividad deportiva más famosa y practicada en México no esté en las mejores condiciones; lo que se torna más triste al saber que el primer partido de futbol disputado en el país fue precisamente en Real del Monte.
Los famosos lavaderos comunitarios también son otras zonas que no se han tratado con el debido respeto, pues si bien no están en funcionamiento, tampoco cuentan con el cuidado que se les debería de dar tomando en cuenta el valor tradicional, cultural, histórico y sentimental para muchos de los pobladores.
Hoy en día estos lavaderos se encuentran maltratados y pintados con diversos grafitis, al igual que algunas zonas verdes cuya única vista «alegre» son unos cuantos juegos infantiles destartalados.