Los estudiantes, jóvenes en su mayoría, tienen en común la idea de mejorar la sociedad a la que pertenecen, así como su propio entorno, pero incluso desde antes de egresar deben de afrontar un desfase entre profesiones y el tipo de empleos.
Debido a lo anterior, las universidades e instituciones públicas de Sonora, donde estudian más de 80 mil jóvenes, tienen que enfrentar el reto de adaptarse a las necesidades sociales y de sectores productivos.
Aunque rectores y directores de instituciones públicas de educación superior de Sonora señalan que las ofertas educativas de las instituciones que dirigen, concuerdan con lo que solicita el aparato productivo, especialistas coinciden en que hay un desajuste.
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