Todo comienza en el fin, ya que si regresamos al desenlace de la primera y gran película Volver al Futuro, donde Marty no solo consigue reunir a sus padres, sino también hacer que su padre tenga el valor de enfrentar al matón Biff (algo que no sucedió originalmente), provoca que al volver al presente todo haya cambiado, y ahora el padre sea un hombre exitoso, adinerado y mucho más «abusado», cambio que el protagonista aplaude. Una conclusión donde todo sale bien después del viaje en el tiempo, e incluso mejora la situación inicial.
La continuación de esa historia nos lleva a la posmodernidad de Rick and Morty, ya que en el guión se enfatiza el hecho de que el protagonista acaba en una realidad alterna que nada tiene que ver con la suya (situación muy común en la saga de la pantalla grande) y en la que la familia ha aprendido a querer simplemente lo que no existe, pero vive con el conocimiento de todo ello el resto de su vida.
Por lo anterior, me atrevo a decir que la serie posee el honor (entre muchos otros) de seguir con el legado de Volver al futuro, ya que coinciden en que anciano y adolescente viven increíbles aventuras científicas en un contexto que mezcla lo suburbano y la ciencia ficción. De hecho, su creador original, Justin Roiland, se inspiró en el filme de Zemeckis para dibujar por primera vez a sus protagonistas, a imagen y semejanza, aunque un poco deformes y con un contexto grotesco y sexualizado que capitalizaba las partes oscuras de la extraña relación entre Doc y Marty.
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The Real Animated Adventures of Doc and Mharti (cortometraje animado para el festival de cine Cannel 101) era un engendro de trazos desdibujados y trama delirante que Roiland empezó a mover en 2006, y en cuyo esqueleto básico Dan Harmon se interesó a la hora de embarcarse en su primer proyecto de animación, que se ha caracterizado con la perversión irónica y salvaje de la fórmula, que a la larga devendría en un estilo de dibujo deudor de Los Simpson o Padre de Familia. A este dúo se sumó el Harmon por la pop cultura, que demostró maestría con los guiones, debido a la sucesión de hitos que dejan sin respiro, pero consiguen ir definiendo, casi sin esfuerzo aparente, a sus cuidadísimos personajes; y, por supuesto, una capacidad casi inhumana para ir encadenando chiste tras chiste, sin olvidar nunca que el mejor humor apela a la cabeza, pero debe tener siempre en cuenta al corazón.
Dicha serie va de las aventuras de Rick Sánchez, que a diferencia del «Doc», es un científico loco, alcohólico y terco, que se presenta como un antihéroe insensible con una pistola transportadora, sin embargo, conforme va avanzando la historia muestra algunos rasgos más humanos, llegando incluso a sacrificar su vida por la de Morty Smith, su tonto nieto, que es más tímido a la hora de afrontar los diversos percances que suceden en sus aventuras, pero con quien hace una perfecta dupla.
Rick y Morty es algo más que mera inspiración de «Doc» Emmet Brown y Marthy McFly y del sentido experimental de Hora de aventura, donde Jake el perro y Finn el humano atraviesan un sinfín de sucesos en un mundo surreal, pues la pareja abuelo-nieto posee un sello particular gracias a su humor negro, lo que vuelve muy entretenida la experiencia de verlo cuando uno gusta de esta clase de comedia, además de que el show es dinámico y lleno de situaciones inesperadas, debido a su muy amplio abanico de personajes que aparecen en cada capítulo.
Es difícil hablar de este show sin dar más detalles, pero si eres un fan de la ciencia ficción y el humor negro, Rick and Morty es la serie que deberías estar viendo.
Vale la pena verla, porque no sólo son aventuras intergalácticas y crítica social, sino que se convierten en un alegato existencialista que empieza a utilizar la ciencia ficción para hablar de nuestros temores cósmicos, del horror al sinsentido de la vida o del vacío que provoca empezar a hacerse mayor y descubrir que más allá de las estrellas probablemente no haya ninguna explicación, solo muerte, dolor y furia.
Podemos resumirlo así: Después de los diversos viajes del Doc y Marty, por diversas líneas temporales, el único resultado posible es la locura, así que si encuentran el camino entre dimensiones y consiguen traspasar la aduana con una mega-semilla en el ano, vuelvan a leerme y verán que todo tendrá mucho más sentido.
Por Blanca E. Cortés
HOY NOVEDADES/LIBRE OPINIÓN
