Se trata de un rescate arqueológico que data de la época novohispana.
Lugar de resguardo, convento, teatro y hotel son algunos de los giros que ha tenido el Museo Dieguino a lo largo de su historia.
El espacio se creó inicialmente como protección ante las inundaciones, años más tarde, fungió como convento y hotel para, actualmente, erigirse un museo ubicado a un costado del templo de San Diego que es poco conocido por la mayoría de las personas pero de gran valor para la ciudad de Guanajuato.
Hablamos del ex convento Dieguino, ubicado entre las calles del centro guanajuatense, el cual fue redescubierto hace 22 años mientras se realizaban trabajo sede obra pública en un ramal de la calle subterránea. Al ser hallado el recinto se inició con la investigación y rescate de un espacio que conservaba gran riqueza histórica y cultural.
Eligio Ruvalcaba, coordinador del actual museo Dieguino, externó al respecto: «Este es un rescate arqueológico novohispano. Es importante porque es poco común un rescate de esta índole y estamos más acostumbrados a rescates prehispánicos».
Fue en 1662 que se ordenó su edificación, sin embargo años más tarde Felipe IV, rey de España, suspende las obras hasta que Carlos III determinó que siguiera la construcción del convento, la cual concluyó en 1694. El espacio se le entregó a la provincia de los frailes dieguinos (de ahí el nombre) en nuestro país, lo que permitió la instalación de la orden descalza.
En un principio el espacio se acondicionó para albergar a los niños de escasos recursos, a los abandonados y a los huérfanos. Es por esto que su arquitectura dista de la usada en los conventos tradicionales.
Para 1860 el inmueble fue enajenado por el gobierno para convertirse en un hotel, como consecuencia del establecimiento de la Ley de Reforma. Doce años después, en 1872, el gobierno adquiere nuevamente el espacio para levantar el Teatro Juárez, lo que propició que el convento y sus objetos desaparecieran por completo. Fue hasta su redescubrimiento que se hacen as calas para conservar lo que quedaba del claustro, «que es más o menos 40 por ciento de la planta original», detalla Ruvalcaba.
El coordinador del recinto apunta sobre su actualidad: «Ahora nada más contamos con la mitad de las arcadas, una pequeña portería y una pequeña sacristía. La portería se redujo porque hubo que hacer un contrafuerte para sostener la torre sur del templo, pero después de ese rescate podemos ver cómo era parte de esa planta y los frescos originales que han sido rescatados, consolidados y continúan en exhibición».
Se encuentra abierto todos los días de 10:00 a 18:00 horas y la entrada al recinto cuesta solo 13 pesos.
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