Con la captura de Roberto Borge, exgobernador priista de Quintana Roo, perteneciente a la «nueva generación política», bautizada así por el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, se tachó un nombre más en la lista de prófugos que se escondieron en otros países huyendo de México, pese a que un día, con la mano al cielo, le juraron: «En caso de que no cumpla… y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande».
«Beto» Borge, quien gobernara de 2011 a 2016, ahora detenido en Panamá, por delitos como por peculado, enriquecimiento ilícito y daños a la Hacienda Pública Federal, se suma al exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, detenido en Guatemala; Tomás Yarrington, otrora mandatario de Tamaulipas, ahora preso en Italia, además de los veteranos Andrés Granier, exgobernador de Tabasco, y Mario Villanueva, también exgobernador quintanarroense, repatriado de Estados Unidos.
Al igual que en Veracruz, la alianza PAN-PRD logró arrebatar Quintana Roo al Revolucionario Institucional, abanderando como candidato a Carlos Joaquín González, medio hermano de Pedro Joaquín Coldwell, actual titular de la Secretaría de Energía, ¡y al iguaaal que en Veracruz!, con Yunes persiguiendo a Duarte, el nuevo gobernador no quitó el dedo de la fractura priista, anunciando demanda tras demanda sobre Roberto Borge.
Aquel político que en las votaciones gubernamentales de 2010, prácticamente barriera a sus adversarios, con un 52.42% de las preferencias electorales, hoy se resiste a ser extraditado de Panamá a tierras nacionales.
A la alineación de exmandatarios priistas con «antifaz de mapache», también hay que adicionar el caso de Andrés Granier, quien «gobernó» Tabasco de 2007 a 2012, fue detenido por su probable responsabilidad en el delito de defraudación fiscal equiparable por un monto de 224 mil 352 pesos.
El también famoso por sus declaraciones, al presumir tener 400 pares de zapatos, mil camisas, 400 pantalones y 300 trajes, todos de marca de lujo, que fueron comprados en tiendas de Rodeo Drive, en Los Angeles, California, y de Saks, en la Quinta Avenida, en Nueva York, actualmente se encuentra se encuentra en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
Sin embargo, quien aún brilla por su ausencia es el también tricolor «y miembro honorable de la nueva generación política» César Duarte, exgobernador de Chihuahua, quien es buscado por la Interpol en 190 países, luego de que el gobierno de Chihuahua, encabezado por el también panista Javier Corral, lo denunciara por el delito de peculado,
El 29 de marzo del presente año, el nuevo gobernador de la entidad declaró «prófugo de la justicia» a Duarte y aseguró que se encuentra escondido en El Paso, Texas, y justo hoy, quizá solo para salir y respirar lo necesario, Duarte envió a un representante para solicitar al fiscal de Chihuahua una copia del inventario de los bienes asegurados durante los cateos realizados en abril pasado a su residencia.
Menudo grupo, pues entre «jovencitos» como los Duarte o Borge, o veteranos al estilo de Andrés Granier, hacen que las palabras de los líderes priistas, llámese Enrique Ochoa o Peña Nieto, sean algo parecido a «escupir para arriba», así pues…
Por: Edgardo V.L
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