La obra literaria del brasileño Julio Emilio Braz, lanzada por primera ocasión en el año de 1991 nos muestra un tema que no es muy común encontrar en la literatura, o al menos no como argumento principal: la situación de los ecosistemas ante el azote de la mancha humana que con las ciudades amenaza el frágil equilibrio de la flora y fauna en las zonas que aún son consideradas como vírgenes.
El libro que llegó a México de la mano de la colección “A la orilla del viento” del Fondo de Cultura Económica nos cuenta la historia del lobo Saguairú, un ejemplar macho que lucha por sobrevivir ante el acoso de los seres humanos, quienes cada vez lastiman más su hábitat natural, mientras que el co-protagonista es un indígena de la zona amazónica brasileña, quien se desempeña como cazador para dar sustento a su familia, pero que se ve convertido prácticamente en un asesino a sueldo, ya que muchos de los granjeros y hacendados de la región pusieron precio a la cabeza del lobo, ya que este solía alimentarse del ganado de estos.
Así pues el cazador emprende una búsqueda en medio del Amazonas para terminar con el lobo y poder así cobrar la recompensa y así alimentar a su familia, mientras que el lobo, sabedor de él acecho que se aproximaba sobre él, extrema sus precauciones y no deambula por el mismo lugar más de una vez, además de tener pleno conocimiento de que la selva es su cómplice y ésta ve al humano como un intruso.
A pesar de que en más de una ocasión lobo y cazador se confrontan cara a cara, el animalito supo salir bien librado de los disparos de la carabina de su perseguidor, quien además debió librar el ataque de un enorme jaguar, que lo acechaba al igual que él lo hacía con Saguairú.
Sin embargo, aunque parecía que el lobo logró esquivar y burlar a su enemigo, al final el humano logra descubrir la guarida del canino, donde se encontraba acompañado por su familia, una loba y sus crías, al ver esa escena, el cazador decide dar la media vuelta e irse, pues se siente identificado con Saguayrú, ya que ambos sólo quería cuidar y proteger a sus respectivas familias.
Este libro puede hacer reflexionar a sus lectores acerca del cuidado de las especies, así como no asumir a los animales como objetos, ni tampoco como una propiedad del ser humano o una moneda de cambio.
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