El representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Christian Skoog, subrayó que se trabaja con México, a través de la Secretaría de Educación Pública, para que no se les niegue el derecho a la educación a los niños mexicanos que son deportados por Estados Unidos.
Skoog dijo que se trabaja con la SEP para compartir experiencias, y que la dependencia está empujando para limitar los obstáculos administrativos para todos los niños que no cuentan con registro de nacimiento, pues eso no debería importar y podría arreglarse después, ya que los niños tienen derecho a la educación y deben encontrar una escuela abierta para ellos en cualquier sitio y cualquier idioma.
Luego de ser partícipe en la inauguración del Seminario Internacional sobre buenas prácticas educativas ante el riesgo de exclusión de Niñas, Niños y Adolescentes, el representante de Naciones Unidas expresó que pese a que en México se realizan los esfuerzos para proteger a dicho sector migrantes, se necesitan redoblar esfuerzos para asegurar que haya una silla en todas las escuelas para ellos.
Christian Skoog señaló que en México hay 4 millones de menores, de entre tres y 18 años, que están fuera de la escuela, mientras que 600 mil se encuentran en riesgos de abandonar sus estudios.
Ante ello, sostuvo que lo importante será actuar sobre todo en los niños que están en la escuela pero no aprenden, es decir, que presentan dificultades para adquirir conocimiento.