Iniciativa fallida de la CDMX llegó a Marruecos
Silbato contra ataques sexuales llega a Marruecos

Silbato contra ataques sexuales llega a Marruecos

 «Se trata de literalmente hacer ruido».

Tal como sucedió hace un par de años en la Ciudad de México, la utilización de silbatos para evidenciar una denuncia de acoso sexual llegó hasta Marruecos, donde las autoridades locales combaten para  erradicar esta práctica amenazante contra las mujeres.

Los silbatos, un total de 10 mil,  fueron entregados a la población femenina por la organización civil #Masaktach (No me callo), una versión marroquí del movimiento Me too, inspirado por actrices estadounidenses y que ha tenido gran relevancia en varios países.

Aunque en un principio reaccionaron con sorpresa, las mujeres que recibieron los silbatos fueron prevenidas de los riesgos que enfrentan en las vialidades públicas y la manera en que ese pequeño artefacto podría ayudarlas: «No se trata de una manifestación ni de una marcha, sino de sensibilizar y literalmente hacer ruido», señaló Leyla Slassi, líder y fundadora del movimiento.

Slassi reconoció que la recién aprobada ley 503-1-1, ha sido de gran ayuda y un avance significativo en el Código Penal Marroquí, no obstante, se dijo preocupada por no haberse creado mecanismos que hagan más fáciles las denuncias, sin exhibir a las víctimas, ni tener que pasar por interrogatorios tortuosos. Las penas de la citada ley refieren de entre uno y cinco meses de presión, además de una multa económica.

El antecedente en México

En el año 2016, durante la administración de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, las autoridades locales decidieron hacer entrega de una serie de silbatos que servirían para denunciar acosos sexuales en las calles y transporte de la ciudad.

Bajo el lema «vivamos seguras», 10 mil silbatos rosas fueron repartidos entre las capitalinas, como parte de la Estrategia 30-100, además de un folio y un cordón para llevarlo al cuello, los silbatos contaban con los teléfonos de emergencias de la CDMX. Sin embargo, la iniciativa fracasó y el acoso a las mujeres, empeoró.

Aunque algunas organizaciones civiles vieron con buenos ojos esta estrategia, lo cierto es que las autoridades no atacaron el problema y la medida de los silbatos resultó insuficiente para erradicar la violencia contra las mujeres.

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