SUDANDO AMOR

Con la mente dispersa entre el ronroneo de mi gata sobre mis piernas, la televisión que no se cansa de decir barbaridades y el futuro incierto de Lord Arthur Saville después de que le leen la mano, se me ocurre la “original” idea de escribir sobre el 14 de febrero. Lo primero que viene a mi mente es una frase que Joaquín Sabina soltó sobre algún escenario: “Eso de los sentimientos es algo muy burgués, lo mío es coger”.

Con esa sabiduría tan poética, vienen a mi mente varias rolas alusivas al amor. No son las de Luis Miguel no se espanten. La primera que flota en mi cerebro es Suturno de los Babasónicos. “Quiero revolcarme con vos, quiero quiero quiero”. No me extrañaría en lo más mínimo que Dárgelos se la haya susurrado al oído a más de una grouppie.

Ahora mi oído interno viaja por las suaves y seductoras notas de Sex Food. Con unas líneas tan explícitas como afrodisiacas: “lamer tus senos / entrar en tus sueños / abrazar tu voz / penetrar en tu pequeño rincón”. Mis pensamientos viajan de más pero no fluyen porque las burbujas del agua que hierve sobre la estufa me gritan a lo lejos.

Después de un buen café siguen las rolas amorosas. “Cuando arqueas el cuerpo / mi lengua roza / un profundo manantial”. Mi tocayo Cerati nos compartió una de las formas más eficaces de hacer vibrar a una mujer: sexo oral. Sobre todo después de “un zigzag frenético”. Sin duda alguna la sonoridad de Jugo de Luna es tan potente como sexy.

Entonces me parece que el punto al que quiero llegar es que en el fondo el amor se reduce a un acto íntimo y sudoroso. Porque todas las relaciones de pareja se sustentan en el sexo, ese acto de entrega corporal. No hay nada si el sexo entre dos personas no funciona.

Es ahora cuando Sabina regresa a mi mente, porque como los hindúes lo afirman la vida es cíclica, redonda. El “Joaco” (como le decimos los amigos) tiene una canción de esas memorables, de cajón cuando andas con unos tragos de más: 19 días y 500 noches. Una declaración del tiempo que cuesta olvidar un verdadero amor.

Estas rolas permiten confirmar mi hipótesis. El amor es sexo. No por nada hoy las camareras de los hoteles trabajarán horas extra. Ahora me permito cambiar un poco la frase con la que inició esto: “Coger cuando hay sentimientos es lo mejor”. Dejemos la cursilería y amémonos.

 

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Gustavo “El displicente”