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Las zonas saqueadas en Siria datan de 3 mil años antes de Cristo.

Desde hace casi ocho años este tipo de saqueadores hurtan piezas antiguas, objetos de bronce y alfarería, posteriormente lucran con ellos en otros países.

Los tiempos de guerra en Siria, que ya suman más de siete años, han cobrado factura en el patrimonio cultural de este país asiático. Ya son varios los saqueos que se han presentado en diversas zonas declaradas patrimonio de la humanidad.

Ahora se registraron nuevos saqueos en las ciudades Afrín, ubicada al norte de la provincia de Alepo, y en Daraá. Mahmoud Hammoud, jefe de la primera metrópoli, detalló que se trata de grupos extremistas apoyados por el gobierno turco, quienes realizaron una excavación ilegal que provocó daños mayores en el lugar del profeta Hori.

Este sitio se compone de un castillo, anfiteatro, muros, zonas residenciales, calles y mercados, apuntó Hammoud, quien detalló que esta ciudad antigua se fundó a finales del siglo IV a.C. por lo que su valor es elevado para Siria. Los destrozos causados fueron significativos: la construcción piramidal donde yace la tumba del profeta Hori fue destruida, igual que la casa romana y el panel de mosaico.

Por otro lado, en Daraá los saqueos de los grupos extremistas ocurrieron en la colina Al-Ashary, en la región de Houran, en donde hubo sabotajes y saqueos en los que se robaron piezas arqueológicas de gran valor. Esta zona, que se edificó 3 mil años antes de Cristo, recibió ataques con explosivos y además sufrió excavaciones por parte de los militares referidos.

 

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