La tregua entre Hezbolá e Israel permitió el retorno de miles de desplazados en Líbano, marcando una pausa en dos meses de conflicto armado.
El impacto del alto el fuego
A partir de las 04:00 horas locales del miércoles, el alto el fuego puso fin a un enfrentamiento que dejó más de 3 mil 823 muertos en Líbano y desplazó a cerca de 900 mil personas. En Israel, los bombardeos y enfrentamientos causaron la muerte de 82 soldados y 47 civiles.
En respuesta, el ejército libanés comenzó a fortalecer su presencia en el sur del país, donde Hezbolá tiene bastiones clave. El despliegue incluye la zona al sur del río Litani, mientras que la ONU ajusta sus operaciones para garantizar la estabilidad.
El regreso a casa y desafíos de seguridad
A pesar de las advertencias del ejército libanés de esperar a que las tropas israelíes se retiren completamente, miles de familias decidieron regresar. Los caminos hacia el sur de Líbano se llenaron de vehículos cargados de pertenencias, mientras militantes de Hezbolá celebraban en las calles de Beirut y otros bastiones.
Sin embargo, las restricciones nocturnas impuestas por Israel en el sur de Líbano y el riesgo de minas sin detonar generan incertidumbre.
Un “nuevo comienzo” para Líbano
La tregua, negociada por Estados Unidos y Francia, incluye un plan de retirada progresiva de combatientes de Hezbolá y tropas israelíes en un plazo de 60 días, permitiendo el despliegue total del ejército libanés en la región fronteriza.
El presidente Joe Biden calificó el acuerdo como un “nuevo comienzo” para Líbano, mientras el Primer Ministro libanés espera que el pacto permita la elección de un presidente tras más de dos años de vacío político.
Este alto el fuego ofrece una oportunidad para la estabilidad en la región, aunque el proceso dependerá de la cooperación entre las partes involucradas y el compromiso de respetar los términos del acuerdo.
Con información de medios.
KJCS