UNA NOCHE APOSTANDO POR EL ROCK AND ROLL

De camino a la fiesta, el olor a asfalto mojado y el frío de la noche antecedida por una tarde lluviosa me hace pensar que lo único que quiero es un trago de cerveza, escuchar buena música y platicar con los amigos.  Paso por un camarada que no veía hace dos meses y vamos tendidos por un tercer entusiasta de la noche que nos espera en la avenida. Lo encontramos y nos disponemos a devorarnos la noche, una noche que esperamos sea eterna.

El olor a concreto mojado se va perdiendo conforme nos acercamos al lugar donde revientan las estrellas. Ya enfiestados, ahora el olor se pierde entre otros aromas tan distintos como variados: ropa húmeda, cigarros de tabaco y de hierba, cerveza, y thinner en el mismo rincón por el que pasas cada que tienes que orinar.

La banda que consiguió el anfitrión debe estar integrada por amigos suyos, porque tocan de la chingada, el único que tiene talento y actitud propia es el bataco. Sin embargo, pese a que tocan mal, han sacado buenas rolas: Bowie y AC/DC son las opciones más sensatas de estos principiantes. De repente, cambiando radicalmente de armonías, deciden tocar «Apuesta por el Rock and Roll». Cuando suenan los primeros acordes, unos tipos que están a nuestro lado gritan balbuceantes y en forma de coro «los Héroes son la ley, esa canción suya es la ley».

Entonces me pongo a pensar cómo muchos creen que ese rolón que todos hemos cantado es de los Héroes del Silencio. Cuando en realidad esta canción es de un grupo de la escena rockabilly de los años ochenta en  Zaragoza, llamado Mas Birras. Una  agrupación con poca repercusión mediática, pero con gran calidad y actitud, y que era liderada por el talentoso músico y compositor Mauricio Aznar. Lo único que hizo la banda conformada por Valdivia, Bunbury, Cardiel y Andreu, fue popularizarla dentro del mundo del rock, ya que ellos sí alcanzaron la fama mundial.

Mi primer instinto siempre que veo que  alguien desconoce esto es querer mostrarle su error, pero como nadie quiere a los «sabelotodo», pues me ahorro el comentario. Y más con estos tipos que ya revelan una gran cantidad de alcohol en sus cuerpos y se pueden poner un tanto necios.

Después de esto, decido seguir en mi disfrute con los vales; aunque sea entre borrachos impertinentes y con una gama de olores que cada vez crece más. Así que lo único que queda es disfrutar el resto de la noche y escuchar las malas versiones de algunas de las mejores canciones en mi play list personal.

GUSTAVO “EL DISPLICENTE”

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