Ausencia de pavimento así como basura que se desborda de los terrenos baldíos son los principales reclamos de los residentes de la colonia Álvaro Obregón.
Los baches en particular son una de las quejas frecuentes de los habitantes de este sector de la ciudad, pues el pavimento está tan gastado que las calles no se diferencian con un sendero de terracería.
Dentro de la colonia, es frecuente encontrarse con terrenos sin usar, mismos que son aprovechados por algunos de los vecinos para depositar todo tipo de desechos, convirtiéndolos en basureros clandestinos.
El pestilente aroma a cadáver de animal es un indicador del mal uso de estos lugares, mismos que representan un problema de salud al ser potenciales focos de infección.
Sin embargo, ninguno de estos espacios sin ocupar se equipara al colosal terreno ubicado en Guadalajara y República de Panamá, donde montañas de cimientos y basura distinguen el paisaje, junto con maleza que crece de manera incontrolable.
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