México vivió uno de los ejemplos más exitosos de autonomía, a finales del siglo pasado. Justamente, el 1º de enero de 1994, un grupo de personas armadas y encapuchadas, desde la sierra chiapaneca, lanzaron un mensaje claro y contundente al gobierno federal. Hoy, muchos se preguntan: ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Cómo viven? ¿Cómo se gobiernan?, mientras, otros más no se cuestionan nada, se limitan a creer que aquel levantamiento, mayoritariamente indígena, fracasó.
Tan sólo 17 años más tarde, un pueblo ubicado en «el corazón de la meseta purépecha», sin darse cuenta, intentaría crear un lugar mejor. Una comunidad se levantaría una mañana a frenar el paso de los talamontes, quienes aprovechaban los recursos de la región para beneficio propio. Los comuneros cuentan que no sólo eso los impulsó a enfrentarse, pues también estaban hartos de los partidos políticos, quienes negociaban con narcotraficantes y daban la espalda a las demandas del pueblo. Las mujeres eran secuestradas, violadas y los hombres, asesinados..
Cherán K’eri tomaría presos a los talamontes y al presidente municipal, los camiones de los primeros eran incendiados, mientras que los partidos políticos negociaban con los pobladores la liberación del segundo. Cherán el grande, por fin puso fin a años de violencia e indiferencia. Exigió ante los tribunales su derecho a «la autonomía y la autoelección». Para tal efecto, la comunidad se dirigió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), a través de un Juicio para la Protección de los Derechos Políticos-Electorales del Ciudadano.
Cherán ahora está dividido en 4 barrios, cada barrio se conforma por comuneros que, a su vez, representan los intereses de su sector ante el Consejo Mayor, máximo organismo de gobierno. Además, existen suborganismos que determinan ciertas actividades dentro de la zona: Consejo de Seguridad, Consejo de Desarrollo Económico y Social, Procuración de Justicia y Conciliación, Consejo de Administración Local, Consejo de Asuntos Civiles, Consejo de Bienes Comunales, Consejo de Barrios y, el más reciente, Consejo de mujeres.
Ahora que se ha revisado la historia de este pueblo, ustedes, lectores podrían hacerse muchas más preguntas, y quizás obtendrían muy pocas respuestas, porque las respuestas no pueden adquirirse a través de lo escrito por una persona ajena a la comunidad, tendrán que visitar Cherán, para conocer de cerca la resistencia indígena que se consolidó tras años de indiferencia gubernamentales.
Cherán es ahora un pueblo en camino a la autonomía, una utopía para muchas personas, un abismo para otras. Sin embargo, su nivel de organización es sólido, su nivel de compromiso social es mucho más. En Cherán, la frase de Lucio Cabañas, «Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el Pueblo», cobran un nuevo significado. En éste pequeño espacio, en el corazón de la meseta purépecha, se hace comunidad, se ejerce la ciudadanía.
César J.G.
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