«VIENE, VIENE», UN NEGOCIO REDONDO

Los llamados franeleros son unos expertos en economía y acaparamiento de mercado. Estos sujetos han hecho del puente vehicular diseñado para conectar a los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán un negocio más que rentable.

Los llamados «viene, viene» se han adueñado del viaducto y las calles aledañas desde hace unos meses. En esta zona han montado estructuras para organizar el acceso de automóviles, realizando un cobro de entre cinco y diez «morlacos».

Esta situación ha propiciado que los automovilistas tengan que encontrar rutas de acceso alternas, pues de circular sobre la avenida Bordo de Xochiaca, en dirección a «Chima», no pueden ingresar al municipio del Coyote Hambriento porque el libramiento se encuentra cerrado por bloques de cemento.

Incluso, algunos de los colonos han construido estructuras metálicas para impedir que los vehículos transiten sobre sus calles, obligando a los conductores a desembolsar dinero para acceder a la ruta de los franeleros y poder continuar con su trayecto.

 

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