Como si fuera el Papa o Michael Jackson, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue trasladado desde el lugar donde se mantenía detenido en Guatemala para ser extraditado y llevado ante las autoridades en la Ciudad de México.
«¡Que empiece el show!, cámara, acción», fueron las primeras palabras de Duarte en el momento que salió de su celda en Guatemala, para subir al avión que lo llevaría a la capital mexicana para enfrentar a la justicia.
Miles de personas atestiguaron su camino desde que bajó del avión en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hasta que fue llevado al reclusorio norte, ya que fue trasladado por algunas de las vías más importantes de la capital.
Desde las 9:40 de la mañana, Javidú inició su «viacrucis», pues desde ese momento fue entregado a las autoridades mexicanas para salir desde el hangar de la Fuerza Aérea Guatemalteca con destino al hangar de la PGR, para ser trasladado.
Pasaba del mediodía, cuando el ahora «rockstar» se dirigía rumbo al Reclusorio Norte, donde un Juez Federal impartiría una audiencia por los delitos que se le imputan; mientras, un mar de fotógrafos y reporteros en las afueras del aeropuerto ya lo esperaban con cámara en mano.
El equipo de seguridad que resguardó al «rockstar» por 11 camionetas con vidrios polarizados de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República y diez motocicletas de la Secretaría de Seguridad Pública lo trasladaron del aeropuerto al Reclusorio Norte.
En tanto, otro convoy, pero de reporteros a bordo de motocicletas se encontraba pegado al vehículo que llevaba al hombre más importante del momento ―como cuando llegó el Papa por primera vez a México en 1979, o como cuando Michael Jackson arribó a la CDMX en 1993― los reporteros no dejaban de apuntar a la camioneta sin placas en las que se encontraba Duarte.
No se nos hubiera hecho raro ―con el «descaro» que a veces muestra el personaje en cuestión― que hubiera bajado uno de los cristales y sacara una mano para saludar a sus «fans», quienes incluso, detuvieron su paso para tomar una fotografía del enorme convoy que transitaba sobre el Circuito Interior, del aeropuerto a La Raza.
Al acercarse cada vez más a la zona de Cuautepec, donde se encuentra el Reclusorio Norte, el convoy tenía que disminuir su velocidad, momento que de nuevo fue aprovechado por la gente que se encontraba en el momento y lugar indicado para sacar una fotografía con su celular.
Al arribar al estacionamiento de los juzgados, alrededor de las 14:30 horas, de nuevo, camionetas, cámaras de video, micrófonos, señales microondas, tabletas y cámaras con live view y transmisiones en streaming se acercaban a la camioneta como abejas a las flores, sin embargo, poco pudieron captar del detenido, quien era esperado por el juez para que iniciara su primer «show» en México, desde que se giró la orden de aprehensión y fuese detenido en tierras guatemaltecas.
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