Los índices de empleo infantil en el Estado de México son bastante altos. Según cifras oficiales de la Secretaría del Trabajo de la entidad, son aproximadamente 220 mil niños los que trabajan a lo largo y ancho del territorio mexiquense.
La dependencia estatal dio a conocer que para este año, el número de menores que dejaron de laborar fue de 66 mil, una estadística alentadora pero no suficiente para terminar con el problema. Además, señaló que en el año 2011, la cifra total de infantes era de 291 mil 600. Ante esta situación, la secretaría acotó que el último lustro representó un avance en esta materia.
Actualmente, la entidad mexiquense ocupa el quinto lugar a nivel nacional con la menor tasa de ocupación infantil, al registrar un 5.7 por ciento. No obstante, las autoridades reconocen que esta es una cifra elevada, por lo que aún queda un largo trecho por recorrer para hacer valer y respetar los derechos de los niños mexiquenses.
La agricultura, el sector servicios, la construcción y labores en el hogar son las principales actividades en las que se emplean los menores de edad. Esta ocupación en asuntos laborales impide que la población infantil continúe con su preparación escolar o, en su defecto, mantenga una calidad de vida menor a la que deben de gozar en esa etapa de la vida, la cual es fundamental en el desarrollo físico y emocional.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al trabajo infantil como «toda actividad física, mental, social o moralmente perjudicial o dañina, que obstaculiza e impide a las niñas, niños y adolescentes el derecho a la educación, sea porque les impide asistir a la escuela, porque los obliga a combinarla con largas jornadas de trabajo pesado o porque les provoca abandono o el retraso escolar». Según cifras de este organismo, el 40 por ciento de la población infantil que trabaja no estudia, mientras que el resto combina ambas actividades.
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