COALICIÓN PAN-PRD: EL «TE ODIO Y TE QUIERO» RUMBO A 2018. FOTO: PLUMAS LIBRES

Después del encontronazo político que protagonizaron el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, derivado de los comicios federales de 2006, en los que Felipe Calderón se alzó con la victoria con un 35.6 por ciento de votos, sobre Andrés Manuel López Obrador, con un 35.5 por ciento, los desencuentros entre ambos institutos imperaron por, al menos, cuatro años.

Dicen que del odio al amor hay un paso, y aunque ya se existía un antecedente de las alianzas entre ambos partidos (Nayarit 1999), fue a partir de 2010 que el modelo PAN-PRD comenzó a adquirir mayor tonalidad en la vida política de nuestro país, desde el simple hecho de que dos partidos con doctrinas políticas colosalmente diferentes acordaran ir juntos en elecciones, a pesar de su reciente pasado.

Así, con Rafael Moreno Valle, en Puebla, y Mario López Valdez, en Sinaloa, como sus estandartes, en ese año la coalición de Acción Nacional y el Sol Azteca, junto con el Partido del Trabajo y Convergencia, lograron la victoria en entidades tradicionalmente priistas, como el caso de la entidad poblana, victorias a las que se sumó Veracruz y Quintana Roo, en 2016, por mencionar algunos.

Al igual que hace un año, la coalición siguió dejando frutos para ambos partidos, como el caso de Nayarit hace unos días, donde el candidato de dicha alianza ganó por gran diferencia a su rival más cercano y abanderado por el PRI.

Sin embargo, hablar de 2018 es un tema mayúsculo a diferencia de las elecciones estatales e inclusive algunas por ayuntamientos, como los veracruzanos, pues obviamente la silla de Los Pinos sería el punto de total evolución entre ambas instituciones.

Si bien Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, recientemente manifestó su desinterés por las alianzas con ambos partidos, seguramente en el PAN no contemplaban ni la mínima posibilidad de unirse al tabasqueño en busca de frenar al PRI, en el PRD sí puede olfatear el interés que existe en ciertos grupos de militantes o funcionarios buscar la alianza con AMLO, o bien, desvincularse del partido y correr a los brazos del morenista.

Por lo anterior, el mapa de alianzas poderosas para el PAN parece limitarse y tambalearse únicamente hacia el partido  del Sol Azteca y ante ello, ambos partidos tendrán que comenzar a tachar nombres en un listado que contempla a Ricardo Anaya, Margarita Zavala, el mismo exgobernador Moreno Valle, además de los posibles abanderados por  el PRD, entre los que señalan a Miguel Ángel Mancera, Graco Ramírez, el recién destapado Silvano Aureoles o inclusive Armando Ríos Piter.

El primer punto a definir será ubicar a quién logra mantener la comunión de dicha alianza, pues el espíritu de perredistas y panistas podría volverse una olla de grillos si una Zavala o un Mancera cargan con el overol bicolor, al no aceptar que alguno de ellos sea la voz que los represente durante toda la campaña.

De lograrse tal acuerdo, el segundo punto medular será que ambos partidos mantengan la cuerda tensa durante la campaña electoral, pues a ojos de los demás contendientes, tal coalición no es más que un Frankenstein político que, en un pestañeo, puede dividirse y comenzar otro pleito callejero como el que realizaron en 2006.

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