A pesar de que su creación data del año de 1990, el Instituto Federal Electoral, nombre con el cual fue bautizado en un inicio, continua cometiendo errores voluntarios o involuntarios en las elecciones en las que ha tenido presencia, sea a nivel estatal o federal.
Desde un inicio se le ha visto a dicho instituto como uno más de los que está al servicio de quien gobierna, esto a pesar de contar con cierta autonomía, de la cual, se jactan todos los presidentes o dirigentes que ha tenido a lo largo del tiempo.
Recordemos que este instituto surgió luego de que en 1988 se diera la «caída del sistema», en donde el sector de la población que acompañaba al candidato del recién creado PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, salió a las calles a exigir que se diera un recuento de votos, ya que la victoria en el sistema de cómputo se había dado al candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari. Luego de movilizaciones e impugnaciones, el PRI logró salirse con la suya.
A lo lejos no es perceptible una diferencia entre la existencia del IFE o INE y el hecho de que no haya un ente que se ocupe tan explícitamente de los temas electorales, ya que continúan los errores de cómputo, fraudes electorales y de igual forma, los partidos políticos siguen ejerciendo el poder a través de su riqueza comprando votos, ya sea de manera directa o a través de supuestas retribuciones, tarjetas, despensas, material de construcción, etc.
Este tipo de situaciones las hemos visto en más de un par de elecciones en estos 27 años de vida que tiene el INE, sin embargo no se ve acomplejado por los problemas y el reclamos sociales, al contrario, se notan indiferentes.
Las situaciones más recientes se vivieron a principios de mes, cuando sin importar que los candidatos hayan rebasado topes de campaña, el Partido Revolucionario Institucional se llevó un par de gubernaturas cuyos resultados podrían ser impugnados, y de hecho, en ambos casos se llevó a cabo el proceso de recuento de votos pero no en todas las urnas de las entidades en cuestión, siendo estás el Estado de México y Coahuila.
En Coahuila, el PREP, un sistema computarizado de conteo de votos acuñado en los 90 por el entonces IFE, causó muchas molestias al interior del Partido Acción Nacional, sobre todo por su ineficacia. Y es que el candidato del PAN, Guillermo Anaya se vio por encima del candidato del PRI, Miguel Riquelme en algunos momentos durante el conteo de votos, sin embargo, la disputa llegó cuando Riquelme fue señalado como el ganador por parte del Instituto electoral estatal basándose en resultados preliminares propios además de los establecidos por el INE.
Otra situación que de igual forma generó molestia fue el hecho de que se dio como ganador a Riquelme sin que el 100 por ciento de las actas fueran computadas. De acuerdo con el PREP, su sistema cuenta con un margen de error de aproximadamente 5 por ciento; en aquel entonces la diferencia entre el candidato del PRI y el del PAN era de menos del 3 por ciento.
Resulta muy extraño que en ambos casos, en referencia a elecciones del Estado de México y Coahuila, en donde hubo resultados apretados e impugnaciones, los partidos inconformes correspondan a la oposición en contraste con la conformidad del partido gobernante, siendo este el PRI, institución que únicamente volteó a ver al INE para decirle «Qué magnífico trabajo».
Muchos hemos sido testigos de las inconsistencias en las que incurren los partidos, sin embargo, por alguna razón, respaldada por la ley dictaminada por el INE, las pruebas visibles no son consideradas como testificaciones.
Así mismo, se cuestiona al INE sobre la distribución de paquetes electorales, que si bien no está a su cargo, sí es parte de la organización de los comicios. Por ello, los representantes de partidos ante dicha institución han señalado inconsistencias en repetidas ocasiones sin que el INE haga algo severo y contundente al respecto. En este sentido, se señaló que la distribución de paquetes electorales se hizo de forma atípica en muchos casos en donde personal de las corporaciones policiacas participaron irregularmente en este procedimiento, alertando sobre el riesgo que esto implicaba para la elección.
Por último, Lorenzo Córdova, presidente del INE señaló la semana pasada que la democracia en México se encuentra en un bache, derivado de la inseguridad y de la poca fe de la sociedad en la política y en los políticos, sin embargo, pareciera ser que nadie le ha dicho que hasta él hace política y sobre todo, que él permite que la política en el país se lleve a cabo en los términos y condiciones que le establece el partido en el poder.
César J. G.
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