«No hay plazo que no se cumpla» es la frase que bien podríamos acuñar ante la noticia que invadió los medios de comunicación, en la que se da a conocer que luego de que México cumpliera con el plazo establecido por la justicia guatemalteca para presentar el recurso de extradición al ex gobernador de Veracruz, este decidió aceptarla.
Aunque dicho procedimiento no se llevará a cabo sino hasta el 4 de julio debido a que se llevará a cabo una tercera audiencia, en la cual, se presentarán las imputaciones que el gobierno mexicano le ha acreditado, entre las cuales se encuentran acusaciones por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Por lo mientras, en esta segunda audiencia, se presentó el recurso de extradición y además, muy a pesar de Javier Duarte, quien solicitó no se diera a conocer los cargos que se le imputan por parte del gobierno de Veracruz, el juez ordenó se dieran a conocer ya que «es lo que le da garantía a los ciudadanos y las partes».
Así, se dio a conocer que Duarte enfrenta dos órdenes de aprehensión del fuero común, uno de ellos siendo el de tráfico de influencias y uno más por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento del deber legal, tráfico de influencias, coalición de servidores públicos y peculado.
Luego de días «movidos» en la agenda política nacional, no resulta extraño que justamente el día de hoy, la gente del Partido Revolucionario Institucional no se mueva ni haga ruido, ya que uno de los suyos, el ex gobernador de Veracruz, perteneciente a lo que el presidente Peña Nieto llamó «nueva generación de PRIístas», enfrentará a partir del próximo mes cargos que sí o sí, lo llevarán a prisión.
Sin embargo, ni militantes ni el gobierno federal han emitido algún tipo de anuncio, situación que sucedió desde que Duarte fue aprehendido en Guatemala a mediados de abril.
Recordemos que a principios de este mes, Enrique Peña Nieto, visitó Guatemala con miras a estrechar lazos y hablar de la situación migratoria, pura «cortina de humo», ya que a pesar de que señalaron que no hablarían de Duarte, es obvio que en lo oscurito, algo se habló al respecto. No «de a gratis», vimos el día de hoy a un «JaviDu» muy repuestito, con barba crecida y una panza que nos indica que no pasó hambre dentro de la cárcel guatemalteca.
No cabría ya preguntarnos a qué se debe el silencio del Gobierno, en el PRI se dice que es bueno que se lleve a cabo el proceso de Javier Duarte, como señalando que inclusive contra los suyos, son duros. Sin embargo, se percibe un ambiente extraño, ya que se pide se llegue a las máximas consecuencias pero beneficiando o cuidando a su pupilo muy en los oscurito.
Además, Javier Duarte señaló en su aceptación que acepta «la extradición que el gobierno de la administración actual (de México), un gobierno fallido por cierto, está haciéndome en este caso. (…)». Eso hace ver que el ex gobernador de Veracruz se encuentra inconforme respecto al proceso que el Gobierno Federal le adjudica.
Bonita telenovela nos espera…
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