Con un par de temas en específico, se dibuja el interés que Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, tiene sobre un segmento que, en los últimos meses, ha adquirido un matiz que podría ser la enorme diferencia en la política nacional camino a las elecciones presidenciales en 2018: los migrantes mexicanos que radican en Estados Unidos, aquellos que inyectan la economía del país con remesas y que, en estos tiempos, han sido objeto de acoso por el presidente norteamericano, Donald Trump.
Muy a su estilo, López Obrador ha emprendido una serie de actos propagandísticos, que incluyen una gira de trabajo realizada en Estados Unidos, que terminó en Los Ángeles, California, donde presentó su «Acuerdo Político de Unidad por el Renacimiento de México», ahí se reunió con cerca de 500 connacionales, con quienes habló sobre contrarrestar, con inteligencia y dignidad, la estrategia de Trump y, sorprendentemente, les sugirió volver a México.
Ante los mexicanos en EU, Obrador anunció que, en próximos días, si el gobierno de Peña Nieto no lo hacía antes, interpondría una demanda contra Trump por violación a los derechos humanos.
Hoy miércoles, el tabasqueño presentó esa denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que pidió que el organismo se pronuncie contra los decretos del presidente Donald Trump para construir un muro en la frontera con su país, endurecer las políticas de arresto y detención de inmigrantes.
Para esto, el abanderado del Movimiento Regeneración Nacional dijo que recogió 12 mil firmas para pedir a la CIDH la emisión de medidas cautelares a favor de migrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos, afectados por la política migratoria de Donald Trump.
Pese a la claridad con la que estas acciones pro-campaña presidencial han ido adquiriendo forma, el oriundo de Macuspana ha declarado «No venimos a buscar votos, sino a expresar apoyo», negando que estas acciones sean parte de una estrategia para atraer simpatizantes a su partido en el modelo electrónico que ha empleado el INE para que los mexicanos que se encuentran fuera del país puedan participar en los comicios electorales, o quienes sean deportados a México y estén en posibilidad de ejercer su voto de manera presencial, lo hagan a favor de Morena.
Nos queda muy claro que la llegada de Trump al gobierno de Estados Unidos, a un año de la sucesión presidencial en México, ha traído consigo un factor más que determinante para la continuidad o salida del PRI en el gobierno federal, un cuadro que se completa con la actitud agachona la actual administración nacional.
Más claro aún, observamos que las demás fuerzas políticas emplearán tal atolladero para sacar todo el jugo posible en miras a obtener el triunfo en 2018. AMLO ya movió dos alfiles.
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