AMLO resultó electo por la mayoría de los mexicanos pero, ¿podrá cumplir sus promesas?
Analistas aseguran que la economía de México es lo bastante sólida como para poder llevar a cabo grandes cambios, y que sólo un pésimo gobierno desestabilizaría los avances que el país ha tenido.
El sueño de la mayoría (y sí, esta vez las encuestas demuestran que es la mayoría) se cumplió: en México la izquierda por fin ascendió al poder en la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien luego de tres intentos por fin alcanzo su meta. Además, no cabe duda que su triunfo se debe en gran parte al pésimo gobierno actual; eso, sumado a las propuestas «de ensueño» que el virtual presidente del país tiene en mente, le valieron la confianza del pueblo mexicano.
Sin embargo, ¿podrá lograr lo que promete? No decimos que no, pero tampoco que sí, ni mucho menos decimos que el cambio será, como por arte de magia, de la noche a la mañana, pues para lograr cumplir tan sólo una de sus propuestas necesitara hacer una diferencia radical en todo el país. Y es que según lo piensa este señor, todo será posible una vez que se acabe con la inseguridad y la corrupción, los dos grandes problemas de México.
Comencemos por hablar de la economía. Si bien México no es una potencia mundial, varios expertos aseguran que en comparativa con otras economías emergentes como las de Brasil o Sudáfrica, nuestro país está «en buena forma», por así decirlo, pues aunque comentan que el crecimiento del país no es lo que podría llamarse espectacular, al menos sí es constante; por lo que se dice que sólo un muy mal gobierno podría empañar este crecimiento.
Lamentablemente el panorama no es tan fácil, pues, como dijimos antes, para lograr cumplir una sólo de sus promesas quizá deba romper otras. Vamos a ello.
En el ámbito fiscal, AMLO necesita llegar, o por lo menos estar cerca de alcanzar, el 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), ¿para qué? Fácil, para que pueda aumentar las pensiones y subsidiar los precios de la gasolina, entre otras cosas. Obrador ha comentado que esto será posible si se evita el endeudamiento y se mantiene una baja inflación, aunque para lograr esto quizá deba llevar a cabo algunos recortes en su gobierno, ya sea a programas o secretarias, lo que podría tomarse como una traición a sus promesas; pero no lo mal entendamos, pues sería algo no que no quiera cumplir, sino simplemente necesario.
Otra de las promesas de Obrador fue que no aumentaría el precio de la gasolina, algo que, seamos sinceros –y se sea partidista o no del señor- es muy difícil de logara por todo lo que ello conlleva. Para empezar, si bien AMLO dijo que revisaría todos los contratos petroleros que ya se hicieron con el fin de cerciorarse que todo se haya hecho limpiamente y con nada de corruptelas, esto también estaría retrasando una inversión extranjera que se estima en más de 200 mil millones de dólares que provendrían de esos contratos.
El tercer punto y el cual causa una mayor incertidumbre, es el del TLCAN, aunque la incertidumbre quizá no se deba tanto a la forma en la que éste se puede llevar, sino por la persona con quien hay que tratar: Donald Trump. Como todos vimos, el trato que tuvo Peña con Trump fue, por decir lo mínimo, servicial, pues pareció nunca querer hacerle frente; aunque daremos el beneficio de la duda y diremos que todo fue mera estrategia para evitar roces; roces que sí podrían haber entre dos hombres que se aferran con unas y dientes a defender su propio país…tengan o no tengan razón en lo que dicen.
No queda más que esperar para saber si Andrés Manuela pasará a la historia como un buen presidente y además popular, o como un mal gobernante y populista.
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