Anaya y Barrales en el Velódromo: demagogia, maromas y mucho confeti
Anaya y Barrales en el Velódromo: demagogia, maromas y mucho confeti

Alejandra Barrales aseguró que Sheinbaum recurrió a AMLO, pues la morenista no puede sola.

Ricardo Anaya no mencionó, ni una vez, al «PRI corrupto» ni al «líder mesiánico de ideas caducas», y destacó el impulso de las mujeres en su campaña electoral.  

Fue el Velódromo Agustín Melgar, en la Venustiano Carranza, escenario en el que esta semana Ricardo Anaya, candidato presidencial, encabezó un mitin acompañado por Alejandra Barrales, aspirante a la jefatura de Gobierno capitalino, y Julio César Moreno, quien busca gobernar la delegación por segunda vez. Todos ellos abanderados por la coalición PAN-PRD-MC.

En el recinto deportivo empleado en los Juegos Olímpicos de 1968, el férreo calor del primero de mayo no doblegó las ondeantes banderas azules, amarrillas y anaranjadas. Ahí, los camaleones políticos lucieron su habilidad para ejecutar extravagantes maromas corporales, al tiempo que escupían lo de siempre: promesas, promesas y más promesas…

El acto demagógico lo inició Julio César Moreno, quien ya una vez gobernó la «delegación más perredista de la CDMX», como él la calificó. Aseguró a los asistentes que, de repetir como delegado, hará todo lo posible por resolver los problemas de seguridad y agua que tanto aquejan a la ciudadanía.

Siguiendo el ritual iniciado en 2002 por la oposición que ametrallaba a López Obrador (entonces candidato del Sol Azteca, partido de Julio César), el aspirante lanzó toda su dinamita verbal en contra del tabasqueño y afirmó que éste perderá por tercera vez la elección, pues Ricardo Anaya lo derrotará igual que en el primer debate.

Julio César Moreno, candidato a delegado. Foto: Hoy Novedades

Antes de ceder el micrófono y, sin dejar de repetir que en 2006, con él al frente, Venustiano Carranza fue calificada como la mejor demarcación, el perredista recordó que en las últimas elecciones capitalinas (2015) el PRD le ganó en la VC por dos a uno a Morena.

Llegado el turno de la Barrales, candidata de «las faldas bien puestas», como ella lo expresó, presentó un abanico de promesas al mero estilacho de PRI mexiquense, que incluye tarjetas de apoyos económicos para amas de casa, adultos mayores y estudiantes capitalinos.

Como era de esperarse, Alejandra empleó la otra parte de su discurso para atacar a la morenista Claudia Sheinbaum, su única rival, al tiempo que compartía con los asistentes su premonición:

«Acuérdense, yo dije que cuando los del otro proyecto se dieran cuenta que vamos creciendo iban a buscar a su líder, que cuando la candidata (…) fuera bajando en las preferencias iba a ir a buscar a su líder y eso ya pasó (…) le agarra la mano y la saca a pasear por todas las delegaciones, porque solita no puede».

Alejandra Barrales, candidata a la jefatura de gobierno de la CDMX. Foto: Hoy Novedades

Omitiendo detalles de menor importancia, para no abusar de la paciencia de quien lee este texto, la abanderada del Frente se bajó de la tarima con dos colosales compromisos: construir una segunda Ciudad Universitaria, en la VC, así como un segundo Chapultepec en el terreno que hoy aloja las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Finalmente subió Ricardo Anaya, el «joven sensación». Primeramente expresó su apoyo a Elena Segura, candidata a diputada federal por el distrito 11, así como a Evelyn Parra e Ismael «el Bombero» Figueroa, quien provocó el rugir de una porra de vulcanos que se apoderó de toda una grada en el Agustín Melgar.

Sin embargo, y muy contrastante con los fieros discursos de ataque que el panista ha ejecutado desde la precampaña, en esta ocasión no mencionó, ni una vez, al «PRI corrupto» ni al «líder mesiánico de ideas caducas», y se enfocó en destacar el impulso que las mujeres han aportado a su campaña presidencial, así como replicar las propuestas antes mencionadas por Moreno y Barrales.En lugar del Ricardo Anaya que aprieta la mandíbula cuando arremete contra sus adversarios, se presentó un queretano de extravagantes movimientos corporales que, con mucha dificultad, procura hacer click con la gente, con ese voto útil que tanto le urge para darle batalla a quien hoy lo supera por 18 puntos.

Ricardo Anaya, candidato a la presidencia de México. Foto: Hoy Novedades

Lamentablemente él y Barrales requerirán más que demagogia, maromas y lluvias de confetis para tumbar la brutal maquinaria morenista que supera a ambos en las encuestas electorales; es decir, necesitarán más que un velódromo semilleno de simpatizantes, pues nomás no se escuchan convencidos (ellos, los del Frente) de poder lograr la remontada histórica.

Por: Edgardo V.L.

HOY NOVEDADES/CDMX