Sí, hay reclamo al Estado, a las empresas, escuelas, instituciones y a la sociedad en general: afirma la doctora Claudia Pedraza Bucio.

Sí, hay reclamo al Estado, a las empresas, escuelas, instituciones y a la sociedad en general: afirma la doctora Claudia Pedraza Bucio.

Por: Ernesto Jiménez

Los próximos 8 y 9 de marzo se llevarán a cabo algunas de las jornadas más importantes para el Movimiento Feminista en México, incentivado, principalmente, por el evidente incremento de la violencia (en todos sus niveles) contra las mujeres y por el erróneo mensaje mandado desde la cúpula del poder en el Gobierno mexicano.

Al respecto de las manifestaciones que se darán cita en todo el territorio nacional, la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero aseguró comprender el enojo de las mujeres mexicanas, no obstante, pidió no confundir y creer que se trata de una molestia en contra de la actual administración, sino que es un enfado dirigido a la sociedad en general, al machismo y al sistema que las ha oprimido y violentado históricamente.

Sin embargo, para la doctora en Ciencias Sociales y especialista en temas de género y medios de comunicación, Claudia Pedraza Bucio, se trata de un «mensaje engañoso (pues) separa al sistema patriarcal del Gobierno, cuando históricamente los estudios feministas han dicho cómo el Gobierno es una de las instituciones centrales en la reproducción de la violencia patriarcal».

«Las mujeres —continúa Pedraza Bucio— efectivamente estamos enojadas contra el sistema patriarcal que incluye a las instituciones de gobierno anteriores y presentes, cuyo enojo dirigido a la actual administración se da principalmente por dos vertientes: la indiferencia, la ignorancia y las actitudes machistas que ha mostrado el discurso presidencial; además de la inexistencia de una estrategia que a nosotras nos permita, siquiera pensar, que este problema está colocado como prioridad en la agenda nacional».

«Cuando entró el gobierno actual detectó que había un problema de fuga y de robo de gasolina y lo consideró un problema particular, e implementó todo un sistema para parar ese sistema. Desde que entró el problema actual, el problema de los feminicidios ha ido creciendo y es momento que no está como prioridad en la agenda nacional»: Claudia Pedraza Bucio.

Aunque la doctora Pedraza apoya la idea de que la desigualdad social en el país hace más complicado erradicar la violencia de género, «las mujeres en este momento no podemos esperar a que la desigualdad desaparezca, porque es un proceso que va a tardar muchos años y a nosotras nos siguen matando día con día».

En cuanto al otro punto que promovió la visibilidad del Movimiento Feminista en prácticamente todo el país, la académica de la Universidad La Salle considera que fue el acceso a las nuevas tecnologías y el uso de éstas por una comunidad de mujeres jóvenes y estudiantes lo que terminó por dar el impulso necesario a las protestas en contra de la violencia de género.

De igual forma, las redes sociodigitales ayudaron a congregar las manifestaciones aisladas en protestas masivas: «Desde 2015 estamos viendo como las redes permiten a las mujeres organizarse para reclamar derechos, pero también para denunciar y protegerse de otras violencias», ejemplo de ello son los #NiUnaMenos, #SiMeMatan, #PrimaveraVioleta, #ViajoSola, #MareaVerde y el #MeToo.

«Creo que lo que ha permitido la llegada de las tecnologías es, primero, darle visibilidad a las demandas de las mujeres, que estaban fuera de las coberturas de los medios de comunicación pero que empezaron a circular por estos otros espacios; y, segundo, han permitido conectar las muchas luchas particulares que las mujeres hacían por sus cuestiones inmediatas a una lucha mucho más global que es la de la erradicación de la violencia».

Otro de los factores—destaca la doctora Pedraza— a tomar en cuenta para entender la magnitud que ha adquirido el Movimiento Feminista en la actualidad es la relación que las generaciones jóvenes tienen con el concepto de violencia de género, «el cual las generaciones pasadas tuvimos que empezar a nombrar y construir, pero para estas chicas es un tema que ha estado muy presente en la agenda (…) Son jóvenes que ya crecieron con el violentómetro (regla que permite medir las violencias); son jóvenes que crecieron cuando ya existía una ley en el país para garantizar el acceso a una vida libre de violencia; son jóvenes que desde que entran a las redes están viendo circular mensajes feministas y no los tienen que ir a buscar a las bibliotecas».

https://twitter.com/Fridaguerrera/status/1235807116545282049?s=20

No obstante, la aparición de las nuevas tecnologías —pero en general de la manera en que comunicamos la información actual— también ha contribuido a que la indignación de las mujeres se haya dirigido a los propios de comunicación, por la forma en la cual han dado seguimiento a la violencia de género; pues «no atienden recomendaciones legales y éticas que ya están establecidas por diferentes convenios internacionales y por leyes que rigen el funcionamiento tanto de la libertad de expresión, como de la radiodifusión».

Aunque lo anterior parece indicar que los medios de comunicación operan de esa manera por ignorancia, lo cierto es que «si uno busca manuales de lenguaje incluyente en la red o pautas para tratar el feminicidio aparecen una cantidad impresionante de recursos; entonces, no es posible que los medios de comunicación en todos los niveles, ante esta situación, no hayan decidido implementar manuales, capacitaciones y talleres para sus propias empresas. En ese sentido, a mí me parece que hay una responsabilidad que obedece más a la flojera y a la resistencia que a la ignorancia».

Por último, se debe entender que las audiencias y los consumidores de la información son, en gran medida, los responsables de seguir incentivando el morbo en la información que ofrecen los medios de comunicación: «mientras sigan dando click en la nota que prometa la foto de Ingrid Escamilla; mientras las audiencias sigan dando click a la fotografía que muestra a artistas y deportistas en bikini; mientras sigan consumiendo esta información que quita la posibilidad de crear la figura de las mujeres como una figura digna, se van a seguir reproduciendo estos discursos que normalizan esta violencia», sin dejar de lado el papel que tiene la Secretaría de Gobernación, como órgano regulador del contenido en los medios, «de ahí la molestia hacia el gobierno, porque lo permite, porque la ley es muy laxa, porque podrían promover un monitoreo y un seguimiento, más cercano y estricto, respecto a la forma en la que los medios contribuyen a la normalización de la violencia contra las mujeres».

En este fin de semana se conmemorará el Día Internacional de la Mujer, sin embargo, atender y erradicar la violencia de género tendría que ser una cuestión de toda la sociedad mexicana, desde el entendido que las mujeres han hecho y continúan haciendo todo lo que está a su alcance: «se crearon leyes, mensajes y estudios que sustentan al Movimiento, ¿qué es lo que falta? Que justamente se generen los espacios para que sean los hombres los que empiecen a reflexionar en su papel como reproductores de la violencia. Y esto es lo más complicado, porque de entrada implica que aceptes que formas parte de esta cadena, hayas violentado o no a una mujer. Si tú guardas silencio, eres un cómplice de esa violencia; si volteas la mirada, eres un cómplice; si nunca te peleas o enfrentas a tu compañero que hace violencia, entonces formas parte de esa violencia».

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