Miles de aves migratorias procedentes de Canadá y de Estados Unidos, principalmente, arriban a las distintas regiones del territorio hidalguense, con el propósito de pasar la temporada invernal tanto en embalses de agua, como en zonas boscosas y semidesérticas.

Estos animales se ven obligados a emigrar durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, debido a que ríos, lagos y lagunas de los citados países de Norteamérica están congelados durante esta temporada y, por lo mismo, no encuentran alimentos para su consumo.

Las aves migratorias de mayor tamaño que llegan a tierras hidalguenses son el pelícano blanco, que llega a pesar hasta 5 kilogramos, y de las más pequeñas, está el colibrí dorado, que alcanza un peso de 10 gramos.

A suelo hidalguense, llegan los patos de alas verdes y azules, el cucharón y el golondrino, además del colimbo mayor, el perlita azul-gris, colibríes y otras especies, que pueblan distintas zonas de Atotonilco el Grande, Huasca de Ocampo, Mineral del Chico, Molango, Metztitlán, Huejutla, Atlapexco, Yahualica, San Felipe Orizatlán y otros municipios de la entidad.

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