No es de «a gratis» que, justamente, en estos días de elecciones en el Estado de México, se ataque a uno de los partidos que, sorpresivamente, ha crecido convirtiéndose en la segunda fuerza política, por lo menos en dicha entidad.
Por tercera ocasión, en esta temporada electoral, la diputada local de Morena, Eva Cadena, apareció en un video en el cual se menciona a la también diputada Rocío Nahle como el enlace financiero para llegar a Andrés Manuel López Obrador.
Pareciera que la orden que Obrador dio en un inicio a Eva Cadena fue que no hablara, ya que primero deberían asesorarse de la mejor manera para saber hasta donde era prudente emitir alguna declaración. Ante esto, Eva solicitó un amparo para que no se revelara su situación legal, con lo cual, el problema mediáticamente estaría apagado de aquí a que acaben las elecciones estatales o, por lo menos, hasta que se le demuestren los cargos imputados a la antes diputada local.
Es extraordinaria la saña con la que el resto de los partidos políticos atacan a Morena; no obstante, ya en este espacio hemos hablado de lo asombroso que resulta el hecho de que la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México no se salga del guión.
Seguramente, AMLO ya explicó a Cadena que, en ocasiones, debe haber sacrificados, históricamente los ha habido; un gran ejemplo de ello es a quien Aurelio Nuño, secretario de Educación, apuntó como próxima aliada del presidente nacional de este partido, Elba Esther Gordillo, quien fue usada como carne de cañón tras una supuesta investigación por enriquecimiento ilícito e imputaciones derivadas.
Hace un par de días, Eva Cadena, aunque aún en proceso, regresó a su curul, ante la mirada pasmada y de repudio del resto de los diputados locales. Por otro lado, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) ya le envió dos citatorios para declarar sobre el escándalo de los videos, pero Cadena no ha acudido.
Entre los golpes de la izquierda, llámense Juan Zepeda; los nombramientos por casos de corrupción por parte de Eva Cadena; la implicación de Rocío Nahle; sumándole los papeles encontrados con los cuales Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN a la gubernatura mexiquense, acusó de desviar parte del salario de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco a la actual contendiente, el panorama ya no luce tan alentador para Morena, que se había posicionado en los primeros lugares de las encuestas.
Es posible pensar que, inclusive, en México, como en el resto de los países de Latinoamérica, las izquierdas (en este caso centro), son golpeadas y condenadas aún más fuertemente que los partidos o candidatos de centro o derecha. Ahí tenemos a un puñado de presidentes que, a pesar de haber logrado condiciones de vida dignas, son condenados por actos de corrupción.
Sí, la corrupción existe en un nivel estructural y no tanto cultural como lo señaló la presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano del Sistema Nacional Anticorrupción, pero es cuestión de la ciudadanía decidir qué tipo de corrupción debe ser enjuiciada primero.
Mientras tanto, estas elecciones no serán tan transparentes, pues los mismos candidatos a la gubernatura tienen una kilométrica «cola que les pisen», que los medios de comunicación exhiben en su circo mediático que también responde solo a algunos intereses.
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